TAtlbert Rivera, o sea, Ciudadanos, dirá primero que no a la investidura de Mariano Rajoy y después se abstendrá. No parece mal modo de mostrar su desacuerdo con lo que hay (Rajoy) y de asumir la responsabilidad con lo que debe haber (un gobierno). Contrasta con Pedro Sánchez, o sea, el PSOE, que no dará su 'no' a torcer, aunque ahí está el parecer de Guillermo Fernández Vara, que sugiere que algunos diputados socialistas podrían ausentarse del Congreso a la hora de votar. Sería también un modo de oponerse a lo que hay y de comprometerse con lo que debe haber.

Por su parte, la abstención no parece ser responsabilidad de Pablo Iglesias, o sea, de Podemos, cuyo objetivo es gobernar, es decir, que si debe haber gobierno, que sea el suyo.

Evidentemente, hay que dar por supuesto que esta vez Rajoy no declinará, aunque la idea de unas terceras elecciones --vista la mejoría obtenida en las segundas-- debe de rondarle con la tentación de la mayoría absoluta, o rayana. Pero si Rajoy no declina, y no debería, no será tanto por responsabilidad política como por la posibilidad de que si la abstención de Ciudadanos puede terminar en 'sí' (en realidad, esa abstención se considera ya un 'sí', sobre todo tras el acuerdo de ayer para presidir el Congreso), es previsible que el 'no' del PSOE se tuerza finalmente hacia la abstención. En fin, quizá a Rajoy le falte responsabilidad política, pero esta vez no podrá decir que le faltan motivos.

Pero ¿qué ocurrirá si Ciudadanos realmente se abstiene y el PSOE dice que no? Como es obvio y obligatorio, el encargo de formar gobierno corresponde al PP, por ser el más votado (sorprendentemente, sí, como se quiera), pero la obligación de que se forme gobierno es obligación de todos. Y si no, absténgase de la política. Porque peor que la falta de gobierno, a la que ya se está más o menos acostumbrado, sería la costumbre de repetir elecciones. Peor que una costumbre.

Lo preocupante de unas terceras elecciones son las cuartas, y las quintas, y las siguientes, y así 'ad infinitum', que es el modo fino de decir hasta la náusea. Casi mejor que se abstengan, sin más.