Quería hacer público mi agradecimiento a dos agentes de la Guardia Civil que el pasado 8 de marzo posibilitaron que nos pudiésemos ir al viaje que teníamos concertado. Viajábamos en mi vehículo por la A-66, desde Plasencia hacia Cáceres, de donde partía el autobús que nos llevaría de vacaciones. Unos 30 kms. antes de llegar sufrimos un reventón del neumático, quedándonos tiradas a las 7,30 en medio de la carretera. El autobús salía de Cáceres a las 8,15, por lo que nuestras posibilidades de llegar a tiempo eran casi nulas. Por suerte, mientras avisaba a la grúa, pasó una patrulla de la Guardia Civil de Tráfico, que enseguida se interesaron por lo ocurrido y nos prestaron toda su ayuda, facilitando la llegada de la grúa, contactando con la empresa del autobús para que se detuviera a nuestra altura y nos recogiera de camino. Incluso, subiendo las maletas, dado el nerviosismo que teníamos por quedarnos en tierra. A esto le sumo la amabilidad y profesionalidad que demostraron los agentes en todo momento. Por eso, aprovecho para reivindicar el merecido reconocimiento de estos guardias que patrullan las calles y carreteras del país, pero no con palabras, como hacen los políticos y ahí lo dejan, sino exigiendo que les reconozcan sus derechos, su salario, y su trabajo como al resto de agentes de este país. Y que dejen de ser los mejor valorados pero los peor pagados. Muchas gracias, José María y Javier (creo que esos eran vuestros nombres), porque gracias a vosotros pudimos pasar nuestra semanita de vacaciones.