Antes teníamos horarios de trabajo por la mañana y por la tarde, íbamos a comer con toda la familia, los hijos iban al colegio por la tarde, nosotros a trabajar y al final del día todos a descansar con la familia. Ahora unos comen antes, otros después para tener toda la tarde sin hacer nada y los hijos por su cuenta. Antes convivíamos todos juntos, unos fumaban, otros no, si había mucho humo se abría la ventana y algunos se morían de cáncer. Ahora los que fuman: fuera de todos los sitios, muchos no van a tomar café porque no se deja fumar, muchos locales pierden clientela y algunos siguen muriendo de cáncer. Antes sabíamos convivir, transigíamos con los defectos de los demás, las familias eran estables. Ahora solo pensamos en nosotros mismos, que se prohiba todo lo que nos molesta de los demás y si estás casado lo mejor es divorciarse. Antes charlábamos con los demás e íbamos a tomar un café o un vino con los amigos. Ahora están todos con la TV o el ordenador, relacionándonos solo a través de la informática y la relación personal es escasa. Antes sabíamos convivir, ahora solo nos vemos si hay alguna obligación profesional o familiar.

Olegario Viñuales **

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