Parece que por fin la Educación en mayúsculas entra en el debate político y qué pena que entre de la manera que lo ha hecho. No hemos aprendido nada de los errores del pasado. Nuestros políticos siguen utilizando la Educación con fines políticos y no como fin en sí mismo. Resulta cuanto menos curioso que todos aboguen ahora, preelectoralmente, por un pacto de estado para la Educación, cuando con anterioridad Gabilondo con el PSOE lo intentó y el PP se desmarcó, Méndez de Vigo, con el PP, también estuvo a punto, pero entonces primero PSOE y luego Unidos Podemos, ERC, PNV y PDeCAT lo abandonaron, y ahora es el mismo PSOE que se desmarcó de la subcomisión del Gobierno popular, quien promete alcanzar el pacto. Como ven, no es cuestión de alcanzar un acuerdo común, que de estabilidad a nuestro sistema educativo más allá de la política, se trata de qué político saque el provecho y la medalla, y así, oiga, es imposible tanto el pacto como mejorar la Educación.

Las propuestas más mediáticas, por desgracia, son por ahora, ingeniar nuevas asignaturas. Podemos pide una asignatura del feminismo y Ciudadanos una de Constitución. Tanto Constitución como igualdad de género, ya que lo de «feminismo» me parece más un «eufemismo», ya se estudia y/o se trabaja transversalmente en todas las materias en nuestros centros, la igualdad, erradicar la violencia hacia las mujeres, etcétera, y la Constitución, recuerdo ya es contenido curricular. Una cosa es reforzar la presencia y otra muy distinta «inventar» asignaturas según el contexto o la tipología de mis votantes.

Poco o nada, se habla del profesorado, los verdaderos artífices de que cualquier ley educativa tenga éxito y los artistas que modelan la sociedad que a medio y largo plazo dirigirán nuestros destinos. En referencia a los alumnos, poco o nada se habla de cómo erradicar el fracaso escolar, de los nuevos perfiles docentes necesarios o los nuevos espacios y metodologías. Poco o nada se habla de la tan necesaria Formación Profesional o la educación de adultos. Poco o nada se habla de las verdaderas asignaturas pendientes del sistema.

Nuestros políticos, y repito, por desgracia, están a años luz de la realidad educativa que viven a diario nuestros alumnos, sus familias y los docentes. Ninguno, por ahora, se ha preocupado de la Educación con mayúsculas, y puestos a hablar de asignaturas, la Educación la tienen pendiente, y ya van varias convocatorias.