La rotundidad con que la Audiencia Nacional ha sentenciado que KAS, EKIN y XAKI forman parte de las "entrañas" y el "corazón" de ETA constituyen un paso adelante en la dirección de acabar con ETA por vías judiciales y policiales. Durante mucho tiempo --y sobre todo mientras el proceso de negociación del Gobierno con ETA tuvo vigencia-- se alimentó la tesis de que alrededor de la organización terrorista existía un entorno recuperable en Batasuna y organizaciones satélites, a las que se les podría atraer hacia la condena de la violencia y a su incorporación a una vida democrática.

Poco a poco se ha ido imponiendo la realidad: ETA es un complejo de asociaciones sin ninguna autonomía respeto a los jefes de la banda, en donde existe una disciplina de hierro impuesta por quienes controlan la caja del dinero y las armas. La mafia no admite matices ni es una organización que se pueda modificar por consensos establecidos mediante diálogos. Pura disciplina aplicada para mantener la violencia.

Como toda organización basada en criterios emocionales --el bien superior es la independencia del País Vasco, imposible en términos racionales-- exige un fundamentalismo para poder mantener su pretendida coherencia. El militante de ETA, adscrito a cualquiera de sus manifestaciones, es sólo monaguillo de una cofradía en la que el uso de la violencia es además de una metodología la confesión de que nada se puede discutir frente a las órdenes establecidas.

Las últimas sentencias y las detenciones dictadas han provocado una extrema debilidad en ETA e indican claramente que el camino trazado --en el que la extrema colaboración de Francia es una pieza fundamental-- es acertado para el fin que se persigue: la liquidación de la organización terrorista con la que se lleva luchando más de treinta años. Frente a las tesis que pretendían que a ETA sólo se le podía erradicar con la negociación de contenidos políticos, los hechos empiezan a demostrar que esta banda de delincuentes barnizada de pretendidos pretextos políticos es un problema que se solucionará mediante la simple aplicación del Estado de Derecho.

La Audiencia Nacional se ha endurecido porque todo el mundo empieza a ver la verdadera naturaleza del problema.