WEw n los Presupuestos de Extremadura del próximo año se contempla una partida de 14,7 millones de euros para pagar un cheque mensual de 300 euros a las familias en cuyo seno nazca el segundo o siguiente hijo. En torno a este asunto cabe hacer alguna consideración: en primer lugar, una iniciativa así --incluida en el programa socialista y, por tanto, no constituye ninguna sorpresa; sí lo sería que en las cuentas públicas de la Junta no estuviera incluida--, una iniciativa así, decimos, tiene un indiscutible calado social, y más en una comunidad que tradicionalmente ha ocupado los últimos lugares en lo que se refiere a ayudas directas a las familias. El ´cheque-bebé´ que se empezará a pagar a partir de enero es, además, acumulable a las ayudas de 2.500 euros por nacimiento que tiene instituidas el Gobierno de la nación. La Junta, a diferencia de Rodríguez Zapatero, va a seleccionar a los destinatarios en razón de su renta. Hasta ahora solo se sabe que quedarán excluidas las rentas "muy altas", sin que el Gobierno regional haya concretado todavía qué es lo que hay que entender por tal. ¿Es justo que no se universalice la ayuda? Sí, lo es, como lo sería la progresividad en razón de las circunstancias económicas de cada familia, porque para muchas no será lo mismo que para otras tener un segundo hijo, como tampoco lo es tener un tercero o un cuarto que un segundo. Ahondar en la progresividad en lugar de que la cuantía del cheque sea igual para todos los beneficiarios, sería un buen enfoque para hacer más justamente distributiva esta medida, que presupuestariamente está muy ajustada, de modo que a poco que aumenten los nacimientos sobre las expectativas que marcan las estadísticas (unos 5.000/año) se puede quedar sin dotación..