TDticen que Aznar ha ido a pasear sus abdominales por Melilla para vengar la visita de ZP a Mohamed . A Blanco , el ministro de guardia del verano, le ha dado un tolondrón mientras los demás dormían su siesta estival. Un día antes de que Rubalcaba despertara para ir a Marruecos, el expresidente posaba ante el Casino militar con su sonrisa lobuna. Una, por muy tieso que le parezca el personaje, no entiende que un español aunque antipático no pueda visitar el territorio español que le pete. Tampoco entiende el sofocón sociata ya que el PSOE llevó allí a los Reyes para entusiasmo de la población y cabreo marroquí. Entonces con un victimismo muy a la catalana también hablaron de "provocación intolerable". Blanco se despinta del ministro de Fomento responsable y trabajador que alguna satisfacción nos ha dado para recordar a aquel secretario de Organización que fue, cuya obsesión era ser oposición de la Oposición. Porque lo que está pasando en Melilla no es culpa del PP pero él se equivoca de enemigo: "se va a arreglar de forma inmediata a pesar del Partido Popular, de Rajoy , de González Pons y a pesar ahora del señor Aznar". No son los populares los que agreden, los que ocupan la tierra de nadie, los que boicotean el paso de alimentos y personas, los que cuelgan carteles sangrantes contra las policías españolas por el mero hecho de que son mujeres. ¡Otra provocación para los musulmanes de pro! Aznar no es simpático, cometió errores, parece vigoréxico y es feo. Puede que no haya superado la pérdida de poder, mas su visita pone en evidencia a un pasivo Rajoy y sobre todo a un Gobierno que ha pecado en todo este conflicto de abulia, silencio, falta de criterio y pasividad. Puede que estén trabajando en silencio para no ofender al quisquilloso vecino, pero Melilla no lo nota. Y si Moratinos o ZP esperan que escampe, que lo dudo, se equivocan. Los gestos importan. Y el Gobierno que protege y tutela también a la solitaria ciudad española del Norte de Africa tiene que hacerlo con firmeza, sin bravatas, convicción, criterio y autoridad.