TVtiene a ser aquello que uno desea cuando se desboca por la pendiente de las relaciones "jodidamente conflictivas", hacer un fundido en negro, irse para siempre, volverse un punto negro en el mar negro del desamor... Back to black , una de las más escalofriantes canciones de Amy . Voy a confesar en esta prospección indagatoria de domingo, que sí, que adoro a esta mujer, que su garganta desgarrada es hoy mi garganta curtida por los enjuagues vegetales de indulgencias masivas. Confieso ante mi único juez reconocido, mi corazón, que me vapulean las letras de Amy, pero Back to black en concreto, si se escucha a oscuras, en plena desnudez de la noche flotando en la nube de algún fluido evanescente con sabor a "antro y periferia"... uff, la leche en polvo!!!

La escucho a toda pastilla en bucle desde hace un par de días. De hecho no puedo dejar de escucharla, creo que soy adicta como la propia Amy a sus bajas y mortíferas adicciones. Espero no morir de sobredosis auditiva en esta noche umbral de la primavera. Amy espolea mis sentidos de tal manera que desde hace unas horas ha conseguido inflamar en el sótano de todas mis fantasías mentales el ardor que llevaba dormido dentro y ahora, como ella, padezco una fiebre mortal, de las mil y una noches sin dormir por culpa de eso que llaman relaciones "jodidamente conflictivas" Back to black .

No asistas a tu propia destrucción, no la cantes ni la escribas, no la llores Amy, sólo ven a visitarme en las noches de fuego y desmemoria para rescatarme de esta columna "negro sobre blanco" cuando el dolor sea tan insoportable como el de tu canción Amy, Back to black . Y así hasta el amanecer haciendo cabriolas mortales de pura necesidad por desembarazarme de telarañas amatorias y otros enredos.

¿Lo ven? Es imposible no abrirse en canal y avanzar hacia tu propia noche escuchando las letras de Amy. Cuidado, no confundir con la Amy de esta semana, la "negra" de Mulas , la delicada flor de actualidad que ha brotado como angelical petunia en el erial de las presuntas mafias que asolan el panorama nacional. No confundir a la auténtica Amy, la dolorosa del Soul británico, con la escribiente por horas de la Fundación Ideas, nada que ver. Amy sólo hay una y es ella, la poderosa y narcotizante Amy que se marchó un ratito para escribir desde las alturas, pero volverá...

XLA AMIx de esta semana forma parte de ese batallón de negros que deambulan por laberintos de poder sin nombre propio que llevar en la solapa, sin otro rumbo que el anonimato, sin otra carga que la ideológica del amo que mueve tu pluma y alivia tus facturas de forma hiperbólica. Esta no es mi adorada Amy aunque bien podría ser yo una de ellas... Amys cuya vida no es otra que cultivar los campos de algodón allá en medio de una inmensa negritud...

Pero no, yo no tengo Fundación donde caerme muerta ni por unas horas, como Amy la fiera del Jazz. Yo sólo acumulo facturas y a veces sopa de letras que bailan en el estómago encogido por la inquietante vida que pasa por delante como un interminable rebaño de corderos en silencio. Una península en éxtasis que hierve de cansancio por los cuatro costados.

Por suerte nos acompaña el privilegio de estar vivos para contarlo, estar vivos para recaudar fondos acústicamente poderosos como el de Amy, la insurgente del Indie; fondos de un bodegón noctámbulo donde pasar la noche hasta el alba, fondos de un armario donde no cabe un alma más como en el cuerpo de Amy la auténtica, en el que no cabía una gota más de alcohol. ¿Quién escribirá ahora sin dobleces del sabor a ceniza blanca que dejan las relaciones "jodidamente conflictivas"? ¿Quién me hará pasar las noches en blanco y negro con los ojos clavados en el cielo de su boca? ¿Será acaso el fantasma de Zoe o el revuelo de Ideas que impera en las algodonadas estancias de los partidos políticos? Lo dudo.

Sólo ella vierte en los océanos de la noche la espuma de todas las olas, la vertiginosa sensación de ser caracola y circunferencia de algún corazón solitario. Amy no es ninguna broma. Pero aquella, la de mis noches afrutadas y no esta otra, carnal y exuberante pero agazapada en los mercadillos de la política, en los campos del maldito algodón tres puntos suspensivos. Golpeo enfadada tres veces el teclado pero no quiero ponerlos maldita Amy, escribe, escribe para mí y dime al oído que volverás mañana convertida en prolífico regalo de agua, sal de tu agujero y escribe hasta el infinito Back to black .

*La autora es periodista