El Gobierno de Mariano Rajoy ha presentado a sindicatos y patronal el borrador de la reforma de las pensiones a la que apremiaba la Comisión Europea como parte del paquete de modificaciones estructurales en su afán de que se reduzca el déficit. El Pacto de Toledo ha servido de marco para los cambios hechos en el sistema público de pensiones desde su alumbramiento en 1985, por lo que no se podría entender y, además, resultaría socialmente contraproducente abordar la estrcutura del sistema de pensiones sin un diálogo sincero con los agentes sociales.

Por eso, la reunión de ayer abre la puerta a la discusión, aventurada difícil por los sindicatos, por cuanto se dirige al corazón de las jubilaciones a través de su revalorización. La ministra de Empleo, Fátima Bañez , cumple con los requerimientos del grupo de expertos que hace tres meses presentaron su propuesta y deslinda las pensiones del aumento del IPC, ofreciendo una fórmula variable: con un aumento del 0,25 en épocas de vacas flacas y otro de la inflación más el 0,25 cuando las gordas.

La afirmación de que su Gobierno no baja nunca las pensiones, según Bañez, no parece ajustarse a la realidad tras la desindexación del IPC. La fórmula elegida para calcular los pagos tendrá como referencia el equilibrio entre los ingresos vía Seguridad Social y los gastos. De tal manera que parece lógico pensar que el énfasis lo debería poner el Ejecutivo más en la creación de empleo, fuente de esta recaudación ahora agonizante precisamene por el alto índice de paro, que en el ajuste des prestaciones, algunas de las más bajas de Europa. El Gobierne tiene prisa en reduccir los costes y piensa aplicar ya este criterio el próximo año.

A pesar de que los expertos alertaron de que los recursos podrían agotarse en el 2019, Bañez ha tomado esta fecha como referencia --y no la del 2014 sugerida por ellos-- para que entre en vigor el establecimiento de las nuevas pensiones, con el llamado factor de equidad intergeneracional (FEI).

Un capote legal para adecuar a España al crecimiento de le expectativa de vida, que los especialistas identifican con una reducción de las mismas prestaciones. No es un sorpresa que en una España en plena devaluación general, las pensiones pudieran seguir igual. Todo y que con el sistema e reparto, la salvación se llama empleo.