WEw l Barómetro de Invierno publicado por este periódico concluye que el Partido Popular superaría, por vez primera, los 176 escaños en los que está situada la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados; el PSOE, por su parte, obtendría entre 120 y 124 escaños. Perdería, al menos, 45 diputados. De seguir el razonamiento expresado por el ministro de Fomento y vicesecretario general socialista, José Blanco, según el cual la situación electoral sería reversible para el PSOE mientras su principal adversario no les aventajara en intención de voto en más de 8 puntos, estaríamos ante el anuncio de la contundente victoria del partido de Mariano Rajoy en las próximas elecciones, puesto que la distancia es ya de 13 puntos y, además, el líder conservador le saca 11 al socialista cuando se pregunta a los españoles a cuál de los dos prefiere como jefe del próximo Gobierno.

El problema para los socialistas no es solo, con ser ya suficientemente preocupante, que la adhesión que suscita entre los ciudadanos es cada vez menor, puesto que más del 26% de las personas que dicen que los votaron en las pasadas elecciones se sienten dispuestas a cambiar de voto, y de que Zapatero ganó las elecciones del 2008 con el 43,6% de los votos y desde entonces ha ido bajando sin interrupción, sino que las circunstancias a que se enfrentan hasta la próxima cita electoral en el 2012 no son propicias para que pueda esperarse un resurgimiento de las perspectivas electorales. El efecto del cambio de Gobierno ha quedado amortizado a las pocas semanas a pesar de que los ciudadanos tienen una opinión del nuevo ´hombre fuerte´ del Ejecutivo, Alfredo Pérez Rubalcaba, como persona capaz e inteligente. Asimismo, la gestión llevada a cabo ante la rebelión de los controladores aéreos es comprendida y celebrada por los ciudadanos. Pero ambos hechos --cambio de Gobierno y gestión del caos aéreo-- no son suficientes para amortiguar la caída. Y los retos a que se tiene que enfrentar el Ejecutivo no son precisamente los más indicados para la remontada. De hecho, los electores consultados para elaborar la muestra de Gestop creen que el castigo será mayor si Rodríguez Zapatero lleva adelante, como parece, su pretensión de prorrogar la vida laboral hasta los 67 años, aunque sea con algunas excepciones. Y es que se trata de medidas que suponen un torpedo en la línea de flotación de la política socialdemócrata y de la base ideológica por la que los electores eligen socialista y no ´popular´.

En este contexto, el eventual relevo de Zapatero como cartel electoral --un asunto que el PSOE debería atajar cuanto antes-- se antoja más que difícil, puesto que la situación es tan comprometida que ningún otro candidato podría ser capaz de mantener la mayoría parlamentaria. De hecho, un 78% de ciudadanos dan por ganado el Gobierno para el PP, y solo el 12% mantienen su confianza en los socialista. Ante ello, un candidato alternativo al actual presidente podría también ´quemarse´ y sumir al PSOE en una crisis de mayor calado.