TRtubén Darío se preguntaba a principios del siglo XX si "el bárbaro fiero" conseguiría que todos habláramos inglés. Hoy el español resiste aunque "contaminado". Y no es peyorativo. Pocas cosas encuentro más divertidas que el filón inagotable que supone el léxico y los cambios semánticos para comprender la psicología de los pueblos y la historia de las ideas. El mundo de las palabras es inmenso y abrumador. En él no tiene razón el que la tiene sino el que la impone. Hay creaciones vistosas que alcanzan una gloria pasajera. En mi juventud estuvo de moda "boîte" para lo que hoy es discoteca. Duró poco. Entonces lo francés molaba mucho. Lo coloquial menos y si yo hubiera utilizado el expresivo "molar" para un artículo me habrían tomado por orate. Hoy es obvio que el inglés manda y empecinarse en contra es chocar contra hormigón. No nos estrellemos pues y tomémoslo con humor, aunque sea "lamentéibol" que, por ejemplo, una peluquería no se llame Francisco , sino Paco's, y el dueño, peluquero de toda la vida, estilista.

Soy filóloga, enamorada de las palabras y no solo de la españolas. Por eso me emociona enterarme de que mi profesión --hasta hoy humilde profesora de Lengua Castellana y Literatura--, no es esa. Los psiquiatras descubren ¡ahora! que el leer es técnica novedosísima para combatir las enfermedades psicológicas y los estragos de la crisis. Recomiendan 'La isla del tesoro' para paliar los efectos del desempleo juvenil, 'La taberna' para luchar contra el alcoholismo o 'El viejo y el mar' para superar la depresión de los jubilados.

Cuando me he pasado la vida, junto con tantos compañeros mártires, predicando que los libros salvan, en medio de unos planes de estudios que progresivamente han penalizado el disfrute de las letras, me resulta hermosamente irónico constatar que al fin "los sabios" proclaman que nuestra asignatura no es solo una materia más, sino también y sobre todo una terapia. Aunque ellos la llaman "Bibliocoaching". ¡Cuánto prestigio perdido por llamarnos vulgares profesores y no "bibliocoachs"! Que eso sí que sí.