Es una suerte que no se prohíba escribir. Para un periodista, un escritor, un solitario, un preso, un confinado, un romántico, un cartero, un copista o traductor sería la muerte.

Dejar de escribir no está entre las medidas de ida y vuelta que se lanzan a la cabeza nuestros gobiernos.

La cogobernanza está resultando una solemne covergüenza y a causa de ella, considero que están sentenciados a la parrilla, uno por uno, todos estos políticos que hoy por hoy configuran el cuadro de la rendición de España.

Yo tenía ganas de decirle al presidente Fernández Vara, que Buda no es quien va a poner a Extremadura en el mapa, porque estábamos ya mucho antes: con Hernán y con Pizarro, con Valdés y Menéndez Valdéz, con Espronceda y Coronado, con Pacheco y Castelo, con Chamizo y Lencero, con Donoso Cortés, Roso de Luna, Morales El Divino y Zurbarán.

Tenía ganas de entrar un poquito en la materia pero total, lo voy a dejar porque yo también hago meditación y en esencia la idea es parar el ruido de los pensamientos, estar en paz con una misma y con los demás; habitar en un bosque de bambués...así se llamó el primer refugio de Siddharta antes de ser Buda. Buda no es un Dios.

Sé por experiencia que a veces el político se ve obligado a leer lo que un jefe de prensa le ha escrito o sugerido por aquello de buscar el titular masticado para que el pobre soldado-periodista no se pierda en el marasmo de noticias y apunte en la buena dirección. De manera que es comprensible querer hacer de Cáceres la ciudad europea de la paz, una apuesta por la que cada año compite un territorio. Por ejemplo en 2004 Aragón optó, creando un organismo internacional en materia de paz.

Ojalá se materialice el deseo del presidente y veamos pronto Cáceres convertida en la Estrasburgo española, la ciudad considerada símbolo de la ‘paz y democracia europeas’. La capital alsaciana es el corazón legislativo de la Unión Europea y resulta ser una vital plataforma para la creación de empleo. Es conocida por ser una de las ciudades ‘eco’ más importantes de Francia y por ser la cuna del Humanismo: Goethe y Monterlinch paseaban por sus calles atrapando el pensamiento y dándole forma.

Así que señor Vara, no sé si será Buda el encargado de dibujar en el mapa la ciudad reliquia que alberga Cáceres, o será Cáceres la ciudad más zen, relajada y con mayor número de ciudadanos por metro cuadrado haciendo yoga y meditación. Sea lo que sea, bienvenido será para el despertar mundial y la iluminación del universo.

A veces los discursos no bien meditados, hechos al gusto del consumidor perezoso, o ejecutados para el foco mediático, engullen al político y lo llevan por donde el susodicho no pensaba transitar. Esas son las trampas típicas del lenguaje estrella, con las que nuestros líderes se lanzan sin red al foro pero gracias a las cuales consiguen la atención para la que se sienten llamados y ungidos. Son pecados menores de edad que en todo caso ponen de manifiesto la ingenuidad de todo aquél político en el que se agitan instintos como el de eternidad, para trascender más allá de los tiempos.

Deberían leer ‘Ensayo sobre Catolicismo, Liberalismo y Socialismo’ de Donoso Cortés, donde pregunta a socialistas y liberales qué piensan acerca del mal y del bien, del hombre y de Dios; problemas temerosos, dice el autor, «con que tropieza forzosamente la razón al darse cuenta de los grandes problemas religiosos, políticos y sociales». Concluye el diplomático extremeño: «la escuela liberal tiene por cierto que el mal reside en las instituciones políticas y el supremo bien en derribarlas, mientras los socialistas ubican el mal en la sociedad y su remedio en el trastorno de las instituciones sociales».

No creas en cualquier cosa, dijo Buda, mientras sembraban su camino de flores.

*Periodista.