Tras los resultados del 28 de abril, el partido de Pablo Casado ya no podrá llamarse Partido Popular, sino eso, el partido de Pablo Casado. Nadie, ni siquiera sus votantes, debe de reconocerse con el partido que Casado ha hecho del Partido Popular. Y no solo por los resultados --aunque perder 71 escaños..., ojo--, sino también por haber apartado previamente del partido --Aznar mediante-- a quienes han gobernado desde 2011 hasta 2016, incluso hasta 2018, cuando se produjo la moción de censura. Cierto que va lo uno por lo otro, es decir, el resultado electoral de Casado es consecuencia de haber separado del partido a quienes realmente eran el partido.

Pero hay otras razones. El fichaje de Adolfo Suárez Illana, por ejemplo, partidario de aplicar por más tiempo y más intensamente el artículo 155 en Cataluña. Suárez Illana, que tampoco ha dudado en comparar el aborto con los asesinatos de bebés de los neandertales o en decir que en Nueva York se ha aprobado una ley «que permite el aborto después del nacimiento». Bastaría con Suárez Illana para entender, sin duda, que Casado ha roto con la moderación del Partido Popular y ha recuperado la agresividad ideológica del aznarismo, hasta el punto de aliarse con el partido de Santiago Abascal en Andalucía o de olvidar su espacio de centro-derecha. Respecto a la ruptura con la moderación, ahí está la depuración de ciertos miembros del partido a cambio de construir un equipo político sin experiencia, puramente sectario. Y en cuanto a la torpeza del pacto andaluz, la pretensión de Casado no ha sido desafiar al partido de Abascal, sino procurar imitarlo, con el fracaso consecuente, claro, que no podía ser otro que escindir al propio partido. Los votantes del Partido Popular podrán ser lo que sean, pero saben qué Partido Popular quieren.

Ciertamente, la caída del Partido Popular en las elecciones generales la ha provocado su nuevo presidente, el cual debería dimitir si en las elecciones del 26 de mayo no logra remontar los resultados del 28 de abril, y es difícil. En todo caso, la única caída en el partido es la de Casado. Qué gran victoria de Mariano Rajoy.