Rodríguez Zapatero también ha cumplido una de sus promesas electorales: cambiar la Ley de Calidad de la Enseñanza. Fue un clamor popular que el texto aprobado por el anterior Gobierno no agradaba a casi nadie y el nuevo Ejecutivo se ha propuesto revisar una norma que afecta a millones de estudiantes. Aunque mantiene la repetición de curso cuando se suspendan más de dos materias, norma aplaudida por los profesores, suprime aspectos como que la asignatura de Religión puntúe y también la clase alternativa. Pero quizá lo que más aplaudan los bachilleres es que la reválida queda sin efecto.

Aunque las paralización de una parte de la LOCE la aplaudan la mayoría de los españoles, bien es cierto que hay que negociar qué aspectos tiene de ventajosos el nuevo sistema educativo. El Gobierno dice que no hará reformas más profundas hasta dentro de dos años, tiempo durante el cual es necesario abrir un amplio debate con las asociaciones de padres y alumnos, con el profesorado y con los ejecutivos autónomos. Dado que es una cuestión capital , quizá el acuerdo haya que adoptarlo por una mayoría holgada y con un compromiso por las partes de que no se variaría en muchos años.