Mientras los aparatos del PSOE y del PP afinan sus exigencias, sus soberbias y sus intereses, con objeto de mantener un cara a cara entre sus líderes, el Instituto de Antropología De Leipzig ha descubierto que los únicos mamíferos que llevan a cabo el coito cara a cada, además de los seres humanos, son los gorilas.

Naturalmente, como en el Instituto de Antropología no está en campaña electoral, y no se dedica a prometer cosas de dudoso cumplimiento, ha aportado pruebas documentales e incluso ha aparecido fotografiada una pareja de gorilas en el momento del acto sexual, y que recuerda un poco las posturas que una generación de españoles tuvieron que llevar a cabo en el interior del Seat 600, porque en el interior del utilitario no había ningún conserje de hotel que exigiera el libro de familia para poder ocupar una habitación.

Esto del cara a cara no es baladí. Durante la aventura en lo que desde Europa se denominaba Nuevo Mundo, muy pronto se conoció la manera de fornicar de los españoles como "postura del misionero", y es una definición que ha pasado a formar parte del lenguaje tradicional de la sexología.

Hasta la llegada de los españoles -y sus correspondientes misioneros que, al parecer, no siempre estaban rezando- la manera de fornicar de los aborígenes era similar a la del resto de los mamíferos, y la variación en la postura debió causar pasmo y asombro, que es una situación peligrosa para las hembras, porque las convierte en más vulnerables.

Todas las comparaciones son odiosas, pero la Etología, que es la ciencia que estudia el comportamiento de los animales, arroja bastante luz cuando establecemos comparaciones entre Etología y Antropología. Al fin y al cabo, el cara a cara que esperamos no es otra cosa que el encuentro entre dos gorilas para dirimir quién va a ser designado jefe de la tribu. Lo único que nos cabe esperar es que este cara a cara no sea un coito perverso a través del cual alguno de los dos consiga jodernos.