El 29 de septiembre publicaba aquí un artículo sobre las diferencias de pulso político y social entre Cáceres y Mérida a tenor de la polémica del robo de plusvalías en la recalificación de suelo para El Corte Inglés.

Decía que tenían razón quienes consideraban la operación como un pelotazo. El tiempo ha situado las cosas en su sitio y al final, con la que está cayendo y porque el pelotazo era evidente, se tuvo que reconducir el tema y exigir la cesión del 35% de la edificabilidad. Como debe ser, porque esas plusvalías las ha generado la propia ciudad y no pueden ser objeto de enriquecimiento desmedido de pocos.

Es verdad que está tronando en España por la corrupción que no cesa, cuando de recalificar suelo se trata. Voces del Gobierno central y del partido que lo sustenta han hablado duramente de tolerancia cero y de repugnancia respecto del robo de las plusvalías que son de todos y no de unos pocos. Todos los partidos políticos consensúan en el Parlamento una ley que controle estos desmanes, porque de lo contrario esto sería la jungla, la mafia, Marbella al infinito.

Lo que no se comprende es lo que ha pasado en Mérida con los terrenos de Carcesa porque si aplicáramos las cesiones que se han forzado, tal vez por vergüenza, en el asunto de El Corte Inglés de Cáceres, los ciudadanos, la ciudad ha perdido 35.000 metros cuadrados de edificabilidad --residencial y terciaria-- que es la diferencia entre la exigua cesión del 10% que se ha hecho y la del 35% que se ha forzado en Cáceres.

XQUIEN ESTOx relata mantuvo siempre que en la recalificación de Carcesa se tenía que haber logrado un 35% de la edificabilidad. Lo mantengo porque con el 65% restante salían las cuentas para construir el matadero nuevo y que ganaran dinero las empresas intermediadoras de la operación. Tenían además hasta un 5% de tolerancia, según las cuentas de Cáceres. Y también escribí que era un asunto para la intervención de la Agencia de la Vivienda. Se hubiera podido hacer muchísimo con ese suelo a favor de los menos favorecidos. Se hizo en los terrenos de La Corchera, si sirve como ejemplo. Con la diferencia que estos de Carcesa valen oro, tanto el residencial como el que va a servir para hoteles, comerciales, espectáculos. Un negocio de envergadura. El tiempo y los precios lo dirán.

Como están los números de repercusión del metro cuadrado de solar en el construido cualquier entendedor sabe que esto de Carcesa es un pelotazo repugnante y la interrogante es cómo ha podido producirse sabiendo los valores con los que funciona el mercado. ¿Quiénes han perjudicado a Mérida permitiendo esta brutal pérdida de plusvalías y por qué este y otros asuntos urbanísticos que apestan en Mérida no son investigados como en Marbella?

Carcesa, El Corte Inglés, Cáceres, Mérida, tantos interrogantes, tantos comportamientos injustificables. En fin, juzguen ustedes mismos.

*Exalcalde de Mérida