Los derechosde los niños

Viendo la cara de nuestros hijos mientras disfrutaban con las diversas actividades con motivo de la celebración del día internacional del niño, no se puede por menos que pensar en las diferencias que existen en el mundo. Mientras unos se mueren de hambre, otros hacen fiestas, no siendo ellos los culpables en ninguno de los dos casos, ya que ellos son meros receptores de la buena o mala gestión de sus antecesores.

Está bien celebrar el día internacional del niño, siempre y cuando las actividades sean reivindicativas y les haga pensar que es en función de las políticas que se lleven a cabo, el que los niños no sean víctimas de la explotación, la muerte, la prostitución, los malos tratos, la discriminación...

Habrá que decirles que no en todos sitios es tan fácil, que todos los días mueren niños por desnutrición, y no sólo en los lugares donde no pudieron subirse al carro del progreso, sino en países como Argentina que no hace tantos años acogió con los brazos abiertos a tantos y tantos españoles, muchos de ellos extremeños.

Vamos a tratar de educarles en la honestidad, para ver si algún día los niños dejan de ser las víctimas de nuestro egoísmo y nuestra ambición.ANTONIA MARQUEZ ANGUITABadajoz

¿Arte contemporáneoen Extremadura?

Haciendo uso de la palabra y gracias a la virtud de la queja, podemos remover las mentes de aquellos que no se plantean determinadas cuestiones, ni practican la autocrítica y que ostentan puestos de responsabilidad dentro de contexto cultural institucional de Extremadura.

En este caso concreto, se trata de la falta de atención prestada al grupo de jóvenes Creadores Plásticos de la región.

La mayoría de nosotros hemos recibido formación en otras comunidades autónomas, ya que aquí no existe facultad de Bellas Artes, y cuando regresamos deseando mostrar los frutos de lo aprendido, la madurez adquirida poco a poco y con mucho entusiasmo, encontramos un panorama desolador, descrito como la falta de espacios de trabajo y exposición, así como el criterio expresado en las selecciones, pocas y generalmente malas.

Por desgracia, muchas veces el responsable se encuentra totalmente falto de conocimientos de arte actual, así como del sentido y espíritu de contemporaneidad presente en nuestras vidas. La vida del espectador que va a la exposición y no siente nada, y la vida del creador que solicita puentes de comunicación con aquél y le son negados por el mal gusto y/o un presupuesto ciertamente caprichoso.

De este modo sobreviven como pueden desde el despacho al taller, los esfuerzos de ciertas personas apasionadas y consecuentes con mejorar el contexto de las Artes Plásticas y su gestión cultural en nuestra región.

Resisten las embestidas de aquellos interesados penosamente en prorrogar una situación y una actitud desfasadas, tan distintas a la política cultural mucho más innovadoras y fértil desarrollada en otras comunidades autónomas.

Muchos han olvidado, si es que alguna vez sintieron, el goce del riesgo vital que supone enfrentarse a una buena, sincera y correcta: sentida obra de arte. De su cualidad poderosa para agitar las conciencias. Por ello, exigimos atención, respeto, diálogo y ayudas.S. GABARRONCáceres

Decepciónen Atrio

El pasado 20 de diciembre un grupo de amigos teníamos una reserva para cenar en el restaurante Atrio de Cáceres. Cuando llegamos al local, y mientras yo saludaba a otros compañeros, José, uno de los dueños del restaurante, se dirigió a mis amigos en un tono irrespetuoso y con expresiones totalmente inadecuadas; todo porque acudimos dos personas menos de las que estaban reservadas, las cuales por motivos familiares graves no pudieron asistir.

Hasta ahora teníamos por costumbre elegir el restaurante Atrio como punto de encuentro, porque uno espera no sólo calidad en la cocina, sino un entorno agradable y un trato exquisito.

El trato de este señor fue impropio en un restaurante de esta categoría . Pienso que la atención al cliente debe estar por encima de todo y nunca hubiésemos esperado algo semejante.

Algunas de las personas que allí nos encontramos éramos clientes, y digo éramos porque no creo que volvamos allí y desde luego no lo recomendaremos a nadie como solíamos hacer antes de ocurrir estos hechos.

Fue decepcionante y... una pena.ALICIA SASTRE QUINTANO. Cáceres