Abusos de poder en la plaza Primero de Mayo

Quiero denunciar públicamente una situación injusta que se está produciendo, desde hace meses, en la comunidad de vecinos en la que vivo, sita en la Plaza 1.º de Mayo de Cáceres. En nuestro bloque viven actualmente siete familias. Del total de éstas hay dos, que se niegan a pagar reiteradamente los recibos correspondientes a su consumo de agua. La empresa constructora de estos bloques de protección oficial no instaló en su día contadores de agua individuales, por lo que el consumo hemos de abonarlo en común y luego el total se entrega al Canal de Isabel II cuando corresponde. La obra que se necesita para separar los contadores es costosa, difícil de afrontar para familias de clase trabajadora como las nuestras y además hay vecinos que se oponen frontalmente a ella. Pues bien, como dos de los integrantes de la comunidad se niegan a pagar su consumo de agua, los responsables del Canal de Isabel II nos cortan el suministro a todos. Hemos hablado con estas personas morosas repetidas veces, sin llegar a entendimiento alguno. Y por último, nos hemos visto obligados a interponer una demanda ante el organismo competente, para intentar resolver esta situación. Pero nuestros esfuerzos no parecen importar en absoluto y hoy no tendremos agua.

Nos sentimos totalmente indefensos y desamparados ante este abuso de poder que se produce un mes tras otro. No nos parece justo ni de sentido común, que el Canal de Isabel II deje sin agua a cinco familias, que pagan puntualmente sus recibos, por culpa de dos, que no lo hacen. La actuación de los responsables de esta empresa nos parece desproporcionada

GERMAN G. V. Cáceres

Una alcaldesacon poca memoria

Estimados lectores, me dirijo a ustedes para manifestarles la mala memoria que tienen algunas personas, en este caso la actual alcaldesa de Valdehornillo. Soy una madre de familia con tres hijos y un marido minusválido, eran otros tiempos cuando a mi marido recién restablecido de un accidente laboral, el anterior alcalde le cedió medio huerto que fue escombrera, la otra mitad ya se la había cedido a otro padre de familia, con el consiguiente gasto para prepararlo.

La alcaldesa parece no tener memoria, y no se acuerda que cuando su hermano se quedó en la calle, pues vivía en una de las antiguas casas de maestro, y gracias a los buenos vecinos de Valdehornillo, hoy en día tiene una casa donde vivir y un negocio, fueron estos vecinos quienes manifestaron su voz y el ayuntamiento de Don Benito al cual pertenecíamos escuchó, aun siendo gobernando por los socialistas no miró el signo político de su hermano.

Parece ser que ni siquiera se acuerda de lo que dice en los plenos, ¡acuérdese de aquel pleno donde apoyó a los minusválidos !, ¡no sería señora alcaldesa que le daban subvención por ello!, en lugar de ayudarlos como usted dijo, usted hace lo contrario, no sólo quiere quitar medio huerto a un minusválido, sino que ha quitado otro puesto de trabajo a otro minusválido.

Por último, sólo me queda decir, que deseo que comprendan la situación de impotencia que tengo ante un hecho que considero injusto, aprovecho para dar un saludo a los lectores.

OLGA FERNANDEZ. Valdehornillo

Ibarramerece respeto

Que gran parte de los políticos, que se identifican como defensores de la Constitución y por tanto de una acción política solidaria, entre territorios, y activa contra planteamientos disgregadores del Estado, hayan puesto el grito en el cielo por la propuesta de Ibarra, nos indica claramente que la mediocridad y la hipocresía han dado de lleno en la línea de flotación del proyecto de una España moderna y futurista, donde prime el interés general por encima de individualismos egoístas.

Sorprende de igual forma que destacados dirigentes, de uno y otro lado, hayan arremetido con tanta virulencia, contra un político que siempre dio la cara para defender que el PSOE es un partido español y no nacional, como pretende identificarlo el PP, matiz que tiene verdadera importancia para entender el sentido final de la propuesta que no es otro que hacer viable una verdadera política de Estado.

Señor Ibarra, sepa usted que gran parte de la sociedad española entiende su mensaje y agradece su sinceridad, otros no se atreven y callan interesadamente haciendo gala de un despotismo ilustrado rancio y desmedido.

LUIS DE LUIS GRAGERA. Madrid