HACERLO EN EFICIENCIA

Invertir en educación

Antonio Ramírez Guillén

Santa Marta (Badajoz)

El problema no se encuentra ni mucho menos en la inversión, ya que España se encuentra en los primeros puestos de Europa en cuanto a gastos en educación. Sin embargo, los resultados son peores en comparación a otros países como Finlandia u Holanda con menor inversión. Seguramente, los alumnos españoles no son consciente de ello y no contemplen preocupación alguna en lo que se refiere a este problema.

Las dificultades surgen cuando el estudiante sale al exterior. Algunos nos damos cuenta antes de llegar al mundo laboral, hablo de los programas de movilidad, en el que he podido comprobar el bajo nivel en cuanto a idiomas que tenemos con respecto a cualquier alumno de otras nacionalidad de Europa, sin lugar a duda he verificado que somos los peores en cuanto idiomas se refiere. Otros lo constatan en su salida al mundo laboral, con nada de prácticas en sus hombros, ya que la única motivación que el sistema le exigió fue la de aprobar exámenes. Debido a ello, en el actual mundo laboral es más rentable un currículo con experiencia a uno con titulación, lo que desencadena otra cuestión a tratar el alto desempleo de los jóvenes titulados en España dando lugar a su salida del país en busca de trabajo.

A mi modo de ver, debemos reformar el sistema educativo haciéndolo más creativo, funcional y motivador, para una mejor salida al mercado laboral. Todo esto unido por una fuerte apuesta por los idiomas, lo cual estoy pudiendo percatar durante mi estancia en otro país europeo, como algo fundamental y básico, especialmente el inglés.

Invertir o gastar más educación no conlleva al éxito, invertir con unos objetivos claros mejorará la eficiencia de nuestro sistema educativo.

HERIDA SIN CICATRIZAR

19 años de la riada

Miguel Sierra

Badajoz

Hace 19 años, Badajoz sufrió su mayor tragedia y todavía se sigue padeciendo porque la cicatriz persiste. El ayuntamiento no ha terminado de comprar las casas de la riada y, eso, a los afectados nos derrumba. Necesitamos pasar página, que no olvidar, pero sí que desaprezcan las huellas de aquella noche del 5 al 6 de noviembre.