WLwas informaciones publicadas por este periódico desde el pasado día 4 acerca del presunto fraude del higo seco a través de la empresa Sociedad Cooperativa de Iniciativa Rural, cuyo responsable es el que fuera líder agrario Luis Cortés , son preocupantes. Las imputaciones del juez de Jerez que han hecho que Cortés dé con sus huesos en la prisión de Badajoz son graves por sí mismas, hasta el punto de que se le acusa de estafa, fraude, coacciones y falsificación de documento oficial, público y mercantil, del que serían víctimas no sólo la administración distribuidora de las subvenciones, sino decenas de pequeños agricultores de Barcarrota, Feria, Salvatierra, etc. Pero a este asunto se le añade especial gravedad desde el momento en que el juez encuentra indicios suficientes para acusar a dos funcionarios de participación en esta trama y de imputarles delitos de estafa y falsedad de documento público. Cuando el ´caso del higo´ --cada vez más ´caso Luis Cortés´ por el agravamiento de las imputaciones que pesan sobre él-- saltó a la opinión pública en Trujillo, y con acusaciones sobre funcionarios de la Consejería de Agricultura, la Junta señaló que había hecho una auditoría interna de la que no se desprendieron datos que obligaran a tomar medidas contra esos funcionarios. A la luz de lo que ayer determinó el juez la Consejería de Agricultura debería explicar, con todo el detalle que le sea posible, si la situación es ahora la misma que entonces. El sistema de ayudas al campo es, con frecuencia, vapuleado injustamente, como ayer con buen criterio se encargó de destacar el secretario de UPA-UCE, Ignacio Huertas , por lo que hay que hacer los esfuerzos que sean necesarios para acotar las responsabilidades y evitar que se extienda un manto de sospecha sobre la subvenciones, tan necesarias para miles de agricultores.