El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, ha dado finalmente al presidente del Gobierno, José María Aznar, la compensación que le prometió tras la polémica carta pastoral contra la ley de partidos que los obispos vascos hicieron pública el pasado mes de mayo. Con el voto a favor de 63 prelados y el negativo o la abstención de 13, el episcopado aprobó ayer su Valoración moral del terrorismo en España, de sus causas y de sus consecuencias , en la que se alinea junto al Gobierno frente al plan Ibarretxe.

Es cierto que el colectivo episcopal cumple con sus responsabilidades cívicas al condenar en este texto a ETA, toda forma de violencia y los totalitarismos que no respetan las libertades (algo que aún tiene pendiente en lo que respecta a otros hechos históricos). Pero al sentenciar, además, que hay opciones políticas aceptables o condenables --aunque sean democráticas y no violentas-- en función de extraños criterios religiosos, hace un inquietante regreso al pasado. Cuando los obispos establecen que es "moralmente inaceptable" defender la autodeterminación firman un texto de catequesis que violenta la independencia del poder político y la conciencia de parte de los creyentes.