La Junta de Andalucía ya ha avanzado que contratará a 6.300 docentes más para desdoblar las aulas que superen los veinte alumnos. Además, contratarán 152 trabajadores técnicos de integración social y 1.600 trabajadores para limpieza y desinfección de centros educativos. Tanto para eso como para otras medidas de adaptación a la nueva normalidad educativa y paliar la brecha digital, la Junta de Andalucía destinará más de 600 millones de euros.

Mientras nuestros vecinos andaluces ya han calculado sus necesidades y el coste a asumir, en Extremadura seguimos esperando noticias, no sabemos si de Madrid, de Europa o de alguna estrella lejana, pero por ahora lo único que sabemos es que no sabemos nada, salvo que comenzaremos con más de trescientos docentes menos. Imagino que estaremos a la espera de esos dos mil millones de euros a repartir entre comunidades para Educación y que se liberan en septiembre, pero el problema es que el tiempo pasa, el próximo curso se acerca y las decisiones, en cuanto a la ampliación de plantillas, que no se tomen antes de la adjudicación de destinos, el próximo 31 de julio, puede hacer saltar por los aires muchos derechos de muchos trabajadores, y la única responsable será la falta de planificación escolar, a no ser que lo que se pretenda sea no abonar el verano retrasando la incorporación y no llegar a los 280 días trabajados.

Les voy a poner un caso extremo. Debido a esos recortes en las plantillas, María, de la Vera, Cáceres, con tres hijos, pierde su puesto de destino y debe solicitar uno nuevo a adjudicar el 31 de julio. Como las plantillas no se han ampliado aún, se han recortado, a María le adjudican una localidad pacense, porque sólo allí existe plaza de su especialidad. María o se traslada a vivir a Badajoz o se mete una paliza descomunal todos los días. Llega septiembre y se baja la ratio a 20 alumnos, que será lo más probable, y se amplían las plantillas. Ahora sí hay hueco de la especialidad de María en su pueblo de la Vera, en su mismo centro educativo, pero María va a tener que quedarse en Badajoz y su puesto ofertado en sustituciones, que a su vez pondrá de uñas a los interinos adjudicados a 31 de julio. De ser una ampliación significativa de plazas como se prevé, el caos, la injusticia y el descontento puede ser descomunal.

Un curso escolar normal debe estar planificado como muy tarde a mediados de julio. Hoy es dos de julio, y en Extremadura seguimos cazando gamusinos, al menos que sepamos los mortales.

*Maestro.