Con la rentrée de septiembre, en Madrid se montó un auténtico escándalo porque la prensa financiera internacional se había referido en términos denigrantes a la economía española. La culpa la tenía el Financial Times , que había publicado un artículo con el título de Pigs in muck . Decía que, en los últimos tiempos, se había puesto de moda referirse a grupos de países con afinidades utilizando acrónimos que les identificaran. Por ejemplo, los más expansivos de entre los emergentes se designaban como BRIC´S, según las iniciales de Brasil, Rusia, India y China. Pero otros, en cambio, no tenían tanta suerte y quedaban englobados, con la palabra PIGS, en el conjunto formado por Portugal, Italia, Grecia y Spain y sinónimo de zona en serias dificultades económicas. Además, por una fatal coincidencia, en inglés pigs significa cerdos .

EN REALIDAD, de los países PIGS ya se había hablado hace unos cuantos años y no había provocado ninguna reacción furibunda de dignidad ofendida en Madrid. Seguramente, porque el capitalismo madrileño vivía, ahora hace ocho años, en plena euforia y proclamaba con la provinciana altivez del nuevo rico que España era la envidia de toda Europa, que jugaba la Champions, que había hecho il sorpasso a Italia y que estaba a punto de superar también la riqueza de Francia. Era exactamente como aquel personaje de Alphonse Daudet , el Tartarín de Tarascón, que se hacía el milhombres al estilo de aquel cañón que dicen que Portugal tenía en la frontera con la inscripción "Ay, España, si te mueves". Pero la triste y dura realidad es que aquellos tiempos en los que todo el campo era orégano se acabaron y que todo aquel castillo de naipes de crecimiento sostenido, de dinero barato y de loco endeudamiento se ha hundido. Y es precisamente por eso por lo que las nuevas alusiones al PIGS provocaron, en esta ocasión sí, unas reacciones de tanta irritación. Porque España y Portugal habían pasado a tener unos déficits por balanza de cuenta corriente del 10% del producto interior bruto. Y, como los miembros de la eurozona ya no pueden devaluar la moneda, resulta que la única salida que tiene España es aceptar los hechos tal como son.

Decía, en efecto, el Financial Times que los bancos y las cajas del país habían utilizado titulaciones de baja calidad (verbigracia, hipotecas basura o colaterales poco solventes apalancados por activos) para obtener liquidez barata en el Banco Central Europeo, que, 80.000 millones de euros más tarde, exigiría más garantías de solvencia. Decía también que la competitividad española solo se podría restaurar con un recorte de los salarios reales y una profunda recesión. Lo que naturalmente molestó a la asociación de jefes de comunicación de las grandes empresas españolas, que agrupa a 500 encargados de velar por el silencio de los medios de comunicación sobre la gestión de sus principales, excepto si hablan de ello en términos elogiosos, y que mandaron una carta al director del rotativo exigiendo un mejor trato a la octava economía del planeta (sic) y a sus dirigentes. Afirmaban que se habían sentido insultados especialmente por la palabra cerdos del titular "Pigs in muck". A la vista de esta espontánea reacción de los encargados del "mecachis, qué guapo soy" de sus superiores jerárquicos, he decidido consultar el diccionario Webster .

Hace muchos años, en la Universidad de Cornell -Nueva York- la catedrática Jean Laux me regaló este instrumento indispensable para descifrar el auténtico significado de todo le que se dice en inglés. Y, en efecto, ahora he comprobado que "in muck" puede resultar una expresión ofensiva. Muck significa excrementos húmedos de animales de corral y materias putrefactas que pueden usarse de estiércol o fertilizantes y todo lo que equivale a porquería sucia y degradante o, en minería, escoria. Francamente, quizás es excesivo. Pero también lo era la chulesca actitud de unos poderes fácticos que iban por el mundo de perdonavidas y sin escatimar medios con financiación de los banqueros locales apropiada en el extranjero. Siempre es más dura la caída cuando tus bancos y tus cajas dependen de una confianza internacional que se ha perdido y que se refleja en un diferencial de prima de riesgo entre el buen alemán y el español de 0,41 puntos porcentuales. Y en que muchas de nuestras entidades financieras anunciaron que habían vendido con beneficios sus inmobiliarias sin aclarar que los compradores figura que pagaron la adquisición con créditos de la propia entidad. Es decir, un negocio ruinoso y una saludable cura de humildad.

Quizás es hora de hablar claro y sin eufemismos del tipo "subida coyuntural" o "repunte temporal". De no adjetivar la desaceleración diciendo que es saludable o que la fiebre que sufrimos es como la infantil, que se pasa en seguida. Y de no decir que, para combatir la inflación, hay que comer conejo y no dar propinas. Seamos serios, que con las cosas de comer no se juega y que no ha lugar para la broma ministerial de que cuanto más fuerte sea la caída, más rápido será el rebote.

*Abogado