Venezuela vota hoy sin la presencia física del general Hugo Chávez , pero con su omnipresencia emocional. Esta ubicuidad nace no solo de los 40 días apenas transcurridos desde el anuncio oficial de su muerte. Responde muy particularmente a las carencias de su sucesor designado, el candidato oficialista Nicolás Maduro , siendo la primera la falta de carisma que al comandante le sobraba a espuertas. Este serio hándicap unido a la difícil situación económica del país pese a su riqueza petrolífera --en cien días de mando, Maduro ha devaluado dos veces el bolívar-- ha obligado al aspirante a recurrir a toda la retórica chavista que identifica a la oposición en un totum revolutum con la oligarquía, la burguesía, Estados Unidos, el fascismo y el capitalismo.

A Maduro tampoco le han faltado todos los recursos de la maquinaria política y administrativa que el comandante puso en pie durante los 14 años en el poder. Este uso de medios institucionales ha despertado el temor a las irregularidades en la votación de hoy hasta el punto de que nueve expresidentes de la región y cientos de políticos se vieran en la obligación de pedir transparencia electoral a las autoridades de Caracas.

En estos momentos todavía de duelo nacional para muchos venezolanos, Chávez también ha planeado sobre la oposición. Henrique Capriles , el candidato del conglomerado de partidos agrupados en la Mesa de la Unidad Democrática, no ha podido ignorar al difunto presidente.

Su estrategia ha consistido en abstenerse de criticarlo para, por ejemplo, recordar a los electores que Maduro no es el comandante. Durante la breve campaña electoral Capriles ha ido recortando distancias con el aspirante oficialista aunque sin alcanzarle y ya resulta muy difícil que las urnas le den hoy la victoria. Dadas las circunstancias, el éxito de la oposición frente a un chavismo hiperactivo que se sentiría estafado acabaría siendo una condena para Capriles.

Por tanto, que ello sea así indica, por una parte, la polarización de la campaña venezolana. Por otra, lo difícil que será superar en estos momentos al chavismo pese a todos los efectos negativos, particularmente económicos y de respeto al Estado de derecho, que ha traído consigo. Lo que resulte de estas elecciones dará la medida de la supervivencia del aquel llamado socialismo del siglo XXI que encarnó un general golpista.