Cuando estoy redactando esta carta --independientemente de mi ideología política-- es porque estoy reflexionando sobre los problemas que la política tiene en nuestro país. El protagonismo ni los protagonistas nunca me han gustado, creo que se llevan cosas que corresponden a otros. Lo más importante es ser justo con los demás para evitar enfrentamientos que no llevan a ninguna parte. Pero si encima le dan poder, hay que ser todavía más sincero para no dañar la confianza que la gente te han dado. Por ejemplo: Si la gente ha votado para formar gobierno, hay que formarlo. No se puede insinuar que haya que volver hacer elecciones y obviar los mandatos de las personas que tomaron la responsabilidad de decidir con sus votos. Los políticos saben que ahora es el momento de los ciudadanos. La composición del estado político en España es, la que es, y no hay otra. Hay cuatro formaciones que están en disposición para constituir un gobierno con proyectos que deben estar legitimados por nuestra constitución, y si no lo hacen es, porque algunas de las partes están imponiendo cosas que no son buenas para el país. Y pregunto yo qué es más importante volver hacer elecciones o preguntarle a la gente si los políticos que votaron deberían seguir o tendrían que dimitir por su ineficacia para entenderse.

Las irresponsabilidades de algunos para formar gobierno y desentenderse del compromiso de sus votantes no gusta a los ciudadanos. Aunque ha habido dos partidos que sí han entendido lo que tenían que hacer y han intentado formar gobierno en contra de los intereses partidista de otros. Resumiendo, el tema no está en volver hacer elecciones sino en saber valorar lo que los ciudadanos votaron.