Tengo varios amigos científicos que están bloqueados personal y profesionalmente. Se trata de científicos en plena formación, algunos con el doctorado recién terminado y que están esperando respuesta a sus solicitudes de las convocatorias Juan de la Cierva o Ramón y Cajal, que deberían haberse resuelto bastante antes del confinamiento, o aguardando a ver qué sucede con diversas bolsas de trabajo de personal de universidades o centros de investigación, también aún por dilucidar. Ante la incertidumbre, la parálisis en la toma de decisiones es evidente y lamentable. Se puede argumentar que su situación no distará mucho de otros sectores ya en crisis desde el parón decretado oficialmente. En algunos casos, se añade el agravante de ser una generación prácticamente perdida, la mal llamada generación crisis, a la que ya le tocó postergar algunos proyectos vitales en la década anterior, en aras de su profesión o de su formación. Son supervivientes que no tiraron la toalla académica cuando otros simplemente lo dejaron. Se oyen demasiadas voces reclamando ya que haya cambios en esta sociedad, en sus modelos de desarrollo y productivos, y que se apueste por el valor añadido, por sectores estratégicos. ¿Y si empezamos ahora? Esfuércense para que nuestros talentos no tiren la toalla. Tomen decisiones. Cobran ustedes por ello.

CRISIS DEL CORONAVIRUS

El valor del silencio

Andreu Pol

Barcelona

Más allá de los justificados, nítidos y efusivos aplausos de las ocho de la tarde... el sonido de la persiana cuando empieza el día, el abrir y cerrar de un portal, las conversaciones de la gente a las doce del mediodía, los pasos que se acercan desde la lejanía. Estos días extraños donde las preocupaciones son muchas y las angustias se multiplican, es difícil encontrar motivos para alegrarse. Yo he encontrado un refugio en la banda sonora de mi nueva calle, que espero se mantenga. Que este reset que hemos hecho sirva para que en el paquete de medidas para el desconfinamiento también se valore eso. Que el silencio, gracias a la imposición del estado de alarma, sea un valor que se cuantifique y que entre todos seamos capaces de que, cuando volvamos a salir en estampida, lo hagamos valorando nuestra huella diaria, también sonora. ¡Chist!

Vacunas y actos masivos

José M. Loste

Valencia

En esta etapa de inicio de desconfinamento, hay puntos y cuestiones importantes que no se mencionan en los medios de comunicación y son clave para vencer definitivamente al coronavirus. En este sentido, considero que hasta que no haya una vacuna efectiva algunas actividades no se deberían llevar a cabo. Con esto me refiero a que los procesos selectivos, es decir, todo tipo de oposiciones, así como espectáculos masivos (macroconciertos o partidos de fútbol con público) deberían suspenderse y aplazarse definitivamente hasta, como mínimo, el año 2021. De otro modo, podríamos doblar o triplicar el número actual de muertos. Sería necesario seguir el ejemplo del aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Tokio.

Memoria de pez

David Martínez

Cáceres

En estos momentos en que nuestras vidas circulan alrededor del covid-19, es cuando realmente nos hemos puesto a valorar qué es importante. Lamentablemente, es la situación actual la que nos ha hecho reflexionar y darles importancia a cosas inmateriales: poder estar con nuestras familias y amigos, poder practicar deporte, poder pasear, poder abrazar y besar a nuestros seres queridos. La pregunta que me hago es si esta situación será flor de un día o, en cambio, la experiencia vivida nos permitirá cambiar el orden de nuestras prioridades. Lamentablemente no tengo muchas esperanzas de que esto sea así, pues estoy convencido de que la memoria del ser humano cada vez se parece más a la de un pez.