Las cifras de diciembre indican que quizá si que, como ha dicho Octavio Granado, secretario de Estado de la Seguridad Social, hemos pasado lo peor del duro ajuste laboral. Pero también está claro que tampoco hemos tocado fondo. El paro sigue creciendo, aunque es verdad que a un ritmo menor al de hace un año y que hay datos que permiten la esperanza.

En diciembre, el paro registrado en las oficinas de empleo llegó a los 3,9 millones en España, cerca de la frontera de los cuatro millones, que ya hemos superado según la Encuesta de Población Activa. La fotografía del aumento del paro en 55.600 personas en diciembre y en 794.600 en el transcurso del año es horrible. Pero no todo es negativo. Primero, porque la subida de diciembre es inferior en un 60% a la del mismo mes del 2008. Segundo, porque el incremento del paro se ha desacelerado desde cotas del 50% (el 56,7% en marzo) al actual 26,4%. Tercero, porque diciembre es el segundo mes consecutivo en el que, desde hace mucho tiempo, el número total de contratos registrados supera el de hace un año. Finalmente, los 727.000 parados del 2009 son menos que los 999.000 del 2008. En Extremadura, el paro golpea duro, pero menos que en el resto de automomías. El número de desempleados creció un 15% en 2009, la menor tasa del país, donde el crecimiento medio alcanzó el 25%. Pese a ello, la comunidad extremeña tiene más trabajadores sin empleo que nunca: 112.320.

En el contexto nacional, cuatro millones de parados, dos millones de ellos desde que empezó la crisis en el verano del 2007, muestran que España vive una crisis económica descomunal. Y que si no ha tenido efectos sociales más explosivos se debe solo al despliegue de los instrumentos del Estado del bienestar (un 79% de parados cobra el subsidio) y a la moderación de los sindicatos, cosas ambas que la derecha tiende a despreciar. Pero el Estado del bienestar no aguanta la crisis indefinidamente. Por ello, los incipientes brotes verdes son no solo bienvenidos, sino necesarios. Y quizá lo más relevante es que de los dos millones de nuevos parados por la crisis, la parte del león --1,2 millones-- se produjo en la fase más aguda de la caída del PIB, de julio del 2008 a marzo del 2009. Desde entonces, el paro ha aumentado solo en 300.000 personas.

La gravedad de la situación está fuera de duda. La mayoría de los 781.000 parados de la construcción (500.000 más que en el verano del 2007) no volverán a trabajar en ella. Por ello las profundas reformas que exige el cambio de modelo productivo son imprescindibles. Pero a corto plazo solo la recuperación de la demanda creará empleo. Y tanto las exigencias de más flexibilidad de la CEOE como las sindicales de mayor justicia no deben ignorarlo.