Cuando llevas ya dos horas esperando en el Inem pasan muchas cosas por tu cabeza. Una de ellas es ¿qué he hecho yo para merecer esto?, tengo estudios, un nivel cultural bueno y soy bastante trabajadora. Y aún así, allí estoy, solicitando una ayuda porque después de un año no he encontrado ningún trabajo. Empiezas a preguntarte por los motivos por los que no has trabajado y lo que resulta es:

Uno: te faltan idiomas. Hoy día sin idiomas no vas a ningún sitio, pero eso sí, previo pago porque lo primero que tienes que hacer es ir a una academia, ya que la escuela oficial está saturada, y a ver cómo vas cuando apenas tienes para pagar lo que comes y no llegas a fin de mes. Encima ves que los altos cargos de tu sociedad, tampoco saben idiomas, pero a ellos les ponen traductor.

Dos: te falta algún master, porque ya no sirve con tener carrera, y a ver cómo pagas más de mil euros por uno si no pagas ni el alquiler. ¿Hemos vuelto a una educación para ricos?, yo creo que sí, al fin y al cabo es la gente con dinero la que puede pagarlos y así encontrar los puestos de trabajo.

Tres: podrías hacer alguna oposición; pues más de lo mismo, necesitas una academia, no creo necesario decir más.

Cuatro: y para colmo si pasas de los treinta años y eres mujer, olvídate de que te llamen para una entrevista. Aunque tú te veas aún joven, la sociedad ya se encarga de hacerte sentir vieja.

Esta es la situación de mi vida mientras estoy en el Inem, vaya panorama. Eso sí, el ser humano busca la felicidad y quien no se contenta es porque no quiere, por lo menos estamos bien de salud.

Y ya de querer formar una familia ni hablamos, con esta situación laboral y personal para qué.

Eva Cubas Navarro **

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