España cree más en sí misma desde el martes, cuando Villa llevó el balón a la red de Portugal. Nadie en su sano juicio podría pensar así, que la confianza de un país depende de asuntos tan volátiles como el juego del fútbol, pero el mundo de los sentimientos y el de los estados de ánimo nunca se han dejado conducir por la lógica. Ayer, la agencia Moody´s, que se dedica nada menos que a poner nota a la solvencia de un país, anunció que, como ya han hecho Fitch y Standard & Poor´s, podría, en las próximas semanas, rebajar uno o dos grados la calificación sobre la calidad de esa deuda, con el consiguiente deterioro de la confianza internacional en nuestro país y el aumento de las dificultades financieras para hacer frente a los pagos futuros. Pero la ´amenaza´ de Moody´s llega en un momento en que la sociedad española ha restablecido su fe en su selección. Y eso también cotiza en la bolsa de la determinación por encarar el porvenir, que sin duda será uno de los factores decisivos para salir de la crisis.

Dicen que se puede precisar la actitud de un país ante las dificultades económicas a partir del papel que de país en el Mundial de fútbol. Después de lo visto el martes desde que salió Llorente y marcó Villa, noticias como la bajada de la nota de España tienen menos posibilidades de amargar el verano, vacunados como estamos por el gol ante Portugal.