Querida Eva: Supongo que en estas horas posteriores a la movilización del profesorado estarás reflexionando acerca del papel que hemos jugado los implicados en la historia. Por un lado la Administración, los sindicatos mayoritarios y la FREAPA y por otro lado los docentes de a pie y un sindicato minoritario. La cuestión que se plantea es la convivencia en los centros; los primeros decís que no existe violencia y que ocurren incidentes aislados; los segundos decimos que estamos más que hartos de que cada día haya alumnos que se creen con derecho a vejarnos e insultarnos sin que siquiera tengamos el hombro de nuestro patrón, ni de la sociedad en general para llorar nuestra humillación. Evidentemente las posturas están demasiado alejadas como para esperar que ese Plan de Convivencia que habéis firmado lleno de buenas intenciones nos parezca siquiera un buen principio. ¿Tan ilusos y desinformados nos crees como para habernos dejado llevar a una huelga por intereses torticeros de un sindicato minoritario? Quizá resulta que lo que a ti te parecen medias verdades a nosotros nos parecen verdades como puños. Quizá lo que ocurre es que quienes tenéis la oportunidad de tomar decisiones a menudo estáis demasiado lejos de la realidad de nuestras aulas. No tienen si no otra explicación vuestras declaraciones. Sé que eres una persona inteligente y capaz y por eso no me gustaría que tu imagen (y de paso la de los docentes) saliera malparada de este trance. Por eso te invito a bajar a la arena y a que pases unas horas en mi instituto, no como consejera de Educación, si no como una docente cualquiera. Quizá entonces estemos más cerca de entendernos.

Ana María Pérez García **

Cáceres