TLtey Audiovisual de Cataluña, Consejo Audiovisual Andaluz, Consejo Audiovisual Estatal: demasiadas leyes y consejos. Algunos disparates radiofónicos actuales pudieran despertar los instintos censores agazapados en el corazón de los gobernantes de turno. Pero éstos no debieran amedrentarse --nunca un endecasílabo desalojó a un dictador --, ni acabar con la libertad de expresión. Quienes merodeamos en los aledaños de la prensa, sabemos lo que es la libertad de expresión y lo que no lo es; conocemos el amenazante microscopio que a cada columna le aplican los exegetas de los gabinetes de prensa, capaces de recordarte que saben perfectamente dónde vives; coexistimos con la limitación del cómo, el dónde y hasta el cuándo de la columna; nos avenimos a la mano del jefe de la sección que mueve una coma, un adjetivo o un adverbio para ajustar la página, y con la superior opinión del director, que siempre aconseja lo que es conveniente publicar cada día para el bien de la comunidad.

Si además ahora una epidemia de consejos y leyes justicieras ataca a los medios, los periódicos serán como el catecismo: con las preguntas y las respuestas dadas. Mejor dejarlos.

*Licenciado en Filología