TMtañana hará cinco años que se desarrolla una cruenta guerra civil en Siria que, sintetizando mucho, comenzó pareciendo el último coletazo de la revolucionaria Primavera Arabe y ha terminado siendo el enfrentamiento entre el gobierno sirio y el terrorista Estado Islámico. Además de 120.000 muertos, hay casi cinco millones de refugiados que comenzaron instalándose en lugares como Zaatari (Jordania) y hoy lo hacen mucho más cerca, en Idomeni (Macedonia).

Desde 2014, el virus del zika empezó a propagarse por el lejano Océano Pacífico, pasando a la Polinesia Francesa y desde allí a la Isla de Pascua, llegando en 2015 a América Central, el Caribe y América del Sur, donde la epidemia se ha convertido en pandemia. Los casos confirmados del brote rondan los 140.000. Algunas de sus consecuencias son tan graves como la microcefalia en niños de madres contagiadas. El pasado 9 de marzo se conoció el primer caso de un niño nacido de una embarazada con zika en España.

Hace casi un año, en abril de 2015, el partido ecologista Equo hizo público un informe del geógrafo y climatólogo Jonathan Gómez Cantero en el que se dibujaba un futuro infernal para España. En 2050, nuestro país tendría que soportar temperaturas de 50 grados, largos veranos extremos, lluvias torrenciales frecuentes y sequías prolongadas. Desaparecerían muchas zonas de cultivo (olivar, viñedos, cítricos) y algunos centros turísticos no serían viables.

El pasado 22 de febrero, el pueblo boliviano tuvo que acudir a las urnas para votar una propuesta de reforma constitucional cuyo presidente, Evo Morales , había pergeñado para perpetuarse en el poder más allá de 2020, cuando cumplirá los catorce años en el cargo. La ciudadanía rechazó la propuesta, pero con un resultado cercano al empate técnico.

Hace algo menos de un mes, el 21 de febrero, una masa enfurecida aplaudía las llamas que devoraban un albergue de refugiados en la ciudad alemana de Bautzen; mientras intentaban sabotear el trabajo de los bomberos, entonaban --muchos ebrios, y no solo de júbilo-- cánticos contra los trescientos inmigrantes que iban a ser alojados allí. Este espectáculo dantesco era solo un hito más en la escalada de violencia contra los refugiados en el estado de Sajonia. El mismo día en que escribo estas líneas, más de tres mil ultraderechistas se han manifestado en Berlín contra la "debilidad" del gobierno de Merkel por "permitir" la "invasión" del país, en referencia a la aceptación de refugiados e inmigrantes.

En este momento, 43 países (aproximadamente el 20% del total mundial) se debaten en conflictos bélicos de diversa intensidad. Desde el más antiguo (conflicto de Cachemira, 1947) hasta el más reciente (intervención en Yemen, 2015), todos suman casi cinco millones de muertos. A pesar de que la mayoría transcurren a miles de kilómetros, cada vez se acercan más (guerra civil en el este de Ucrania, 2014) y en uno de ellos (insurgencia en el Magreb) participa un país (Marruecos) que tiene frontera con España.

En un futuro no muy lejano, el 8 de noviembre de este año, hay posibilidades de que el país más poderoso del mundo, Estados Unidos, tenga como presidente a Donald Trump . Un señor que quiere levantar un muro para que no pasen los inmigrantes mexicanos, que llama a las mujeres "cerdas gordas, animales desagradables" o que asegura que aunque saliera a la Quinta Avenida disparando a la gente no perdería ni un solo voto.

Todo esto son realidades que provienen del pasado, que se consolidan en el presente y que se proyectan hacia el futuro. Pero, sobre todo, que cada vez están más cerca. Hasta ahora, Siria era un país muy, muy lejano, pero ahora algunos de los refugiados de su guerra viven ya aquí. Antes, el virus del zika era un desconocido que surcaba el océano, pero ahora una mujer contagiada ha dado a luz en Galicia. Antes, el deshielo de Groenlandia era solo un bello espectáculo a cinco mil kilómetros, pero ahora nos dicen que en cinco décadas quizá no se pueda vivir igual que hoy en Andalucía o Extremadura. Antes, los mesianismos latinoamericanos eran cosas que les pasaban a otros, pero ahora escuchamos los ecos en nuestro parlamento. Antes, el fascismo era un recuerdo de la II Guerra Mundial, pero ahora asoma en el país que lidera Europa y en el país que lidera el mundo. Antes, las guerras eran nuestra memoria histórica, pero ahora rozan nuestras fronteras.

Hay que recordar, pues, al poeta y teólogo luterano Friedrich Gustav Emil Martin Niemöller : "Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista (...) Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar". O, tirando de refranero español: "Solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena". Es decir, que todo esto nos importará cuando nos toque a nosotros. Y nos tocará. Podríamos ir adelantando la preocupación.