Los Presupuestos Generales del Estado presentados el lunes significan el mayor aumento del gasto desde que estalló la crisis económica, al nivel del incremento de los del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en el 2010. Las cuentas son un intento positivo de blindar el Estado del bienestar y devolver a las clases medias y populares parte de lo perdido en los años del austericidio. El gasto crece el 5,3% hasta los 345.000 millones de euros, con un fuerte aumento de las partidas sociales (el 59% en dependencia, el 41% en vivienda y el 40% en infraestructuras), pero el principal problema es cómo se financia ese gasto. Los ingresos récord previstos, de 227.000 millones, el 9,5% más, suscitan escepticismo, pese a que el Gobierno confía en cubrirlos con el aumento de la recaudación por el mantenimiento de la mejora de la economía y con nuevos impuestos.

Las cuentas salen ya condicionadas por el dinero destinado a pensiones, 153.000 millones, más de la mitad del gasto total, el sueldo de los funcionarios (23.000 millones) y los intereses de la deuda (31.500 millones). El margen de maniobra es, pues, escaso.

En Extremadura, la inversión anunciada es de 492 millones de euros, un 27,5% más que en el 2018, lo que nos convierte en la quinta comunidad con más crecimiento a nivel nacional y el 4% del total regionalizado. El capítulo más importante vuelve a ser el de Fomento, que acapara tres cuartas partes de la inversión: 383 millones de euros, si bien la novedad este año es que a los 335 millones de inversión en la línea de alta velocidad, el proyecto de ley incluye actuaciones en la red convencional por un importe de 48,3 millones, frente a los menos de siete del pasado ejercicio. No obstante, y a pesar de la importante inversión en alta velocidad para el trazado extremeño, el Gobierno fija ahora la finalización del AVE en el año 2026. Y además no se incluye en el proyecto de presupuestos de 2019 ninguna cantidad para el tramo castellano-manchego y solo en el 2022 figura una previsión importante para ese trazado de 150 millones de euros.

Pero todas estas cifras están en el aire y tienen por delante un largo camino que recorrer. Están sujetas a las enmiendas de todos los partidos y ni siquiera está garantizada su aprobación en el Congreso de los Diputados. Contando con que Podemos los respaldará finalmente, sería necesaria la aprobación de los independentistas catalanes. Y eso también está por ver.