Valencia es una maravilla pero el gobierno a la valenciana no tanto. Por eso ante la última propuesta de Compromís con el hermoso nombre de Acuerdo del Prado y la contraoferta del PSOE, Podemos dice que no porque interpreta que eso le ha dicho el PSOE al contraofrecer, Ciudadanos también pero porque el acuerdo le parece lo que es: "Tres páginas para gobernar 4 años España entre 6 partidos distintos", el PP insiste en lo del postureo y teatrillo, y una tiembla sin ocultarlo ante la perspectiva de que sea verdad y no calumnia que el líder del PSOE se muere literalmente por entrar en la Moncloa porque lo que le espera, si no, es el llanto y el crujir de dientes que le tienen deparado los barones y baronesa y al fin acepte el encargo del Rey, acepte también la ayuda de la izquierda autoproclamada progresista y que una reputa por bastante reaccionaria y antigua, se someta a otra sesión de investidura, los independentistas se ausenten de la votación en el momento oportuno y se invista al socialista, esta vez sin el apoyo de Ciudadanos.

Dirán ustedes que acaban de leer un párrafo lioso y confuso con demasiadas subordinadas en la forma y que en el fondo parecen demasiadas coincidencias, que ya ha dicho Sánchez que no admitirá ni por activa ni por pasiva el apoyo de los que quieren romper España, y espero que así sea. Pero después de recordar lo que ocurrió en Cataluña y cómo lo que parecía una remota fantasía perturbadora, que era que una derecha elitista se hermanara con una izquierda nacionalista, lo que siempre fue un oxímoron y con un primitivo grupo antisistema, todo bajo el único manto hermanador y odiador del desprecio a España, solo queda esperar que otra nueva pesadilla no se convierta en realidad.

A estas alturas, tras el cansancio que sucedió al estupor, una cree que Rivera ha hecho lo que ha podido e Iglesias exactamente lo que ella esperaba que haría. Que Rajoy y Sánchez deberían haber hablado. Que la culpa les pasará factura tarde o temprano igual a ambos. Que solo han mirado por sus intereses personales y que la historia les juzgará.