Las voces de alarma son cada vez más insistentes. El equilibrio del planeta se está rompiendo y las consecuencias sobre los seres vivos están empezando a ser muy preocupantes. Debemos cuidar la Tierra. Cambiar nuestra forma de vivir y pensar. Los seres humanos tenemos la responsabilidad de preservar el planeta y la educación es fundamental para que los niños aprendan su importancia lo más pronto posible. Igualmente, la responsabilidad de los padres en este particular radica en la idea de que estamos de tránsito por el planeta y debemos entregarlo en óptimas condiciones para las generaciones futuras. Hablarles de la historia de un árbol o de la evolución reciente de algún espacio natural es propio para que ellos se conciencien con el papel que juega la naturaleza en nuestras vidas. Tenemos que ser consecuentes en las mismas ideas, lograr que nuestras palabras concuerden con nuestros actos. Los niños deben aprender que son muchas las maneras que tienen de conservar el medioambiente, que los recursos son limitados y que es un tema serio que todos debemos valorar. La Tierra no es herencia de nuestros padres sino un préstamo de nuestros hijos.