Pocos días antes de comenzar los últimos exámenes globales del curso, me pregunto si de verdad es necesario llevarnos hasta tales extremos de estrés. Hacer nueve exámenes de dos horas en un intervalo de tiempo más bien corto no necesariamente puede determinar tu nivel de conocimientos en determinadas materias. Los adultos tienden a despreciar nuestros nervios porque piensan que son normales. Les restan importancia para no ver el problema real. Yo no soy la primera persona que se ha planteado dejar segundo de bachillerato a un mes de terminar. Quizá desde el sistema educativo debería velarse más por la salud mental de los alumnos y no tanto por la excelencia, una excelencia que te puede llevar a perderlo todo.