El primero en hablar de abstención --aunque «a título estrictamente personal», aclaró-- fue Guillermo Fernández Vara, razón por la que debería promoverla ahora entre los diputados socialistas, haciendo campaña. Más allá de que no lograra convencer a todos, a los Iceta, por ejemplo, o a esa diputada Sumelzo que ya ha anunciado que no se abstendrá «aunque lo ordene el comité federal», se trataría de reconocerle a Fernández Vara los derechos de autor de una propuesta cuyo rechazo al principio fue unánime, o lo parecía, y de la que ahora es fácil apropiarse, como prueba el que a José Blanco, un suponer, le haya bastado con adjetivarla -«abstención técnica», dijo el día de autos- para que parezca suya. ¡A ver si después de despeñar a Pedro Sánchez por haberse empeñado en el ‘no’, el éxito de la abstención lo van a cobrar otros!

Asimismo, el primero en admitir públicamente el peligro de unas terceras elecciones -peligro para el PSOE, se entiende- ha sido Javier Fernández, presidente de la gestora socialista, que quiere que el partido vuelva a la realidad de que «Hay algo peor que un gobierno en minoría de Rajoy: un gobierno en mayoría de Rajoy». Suyo es, a partir de la necesidad de evitar terceras elecciones, el argumento de que facilitar la gobernabilidad no significa darle estabilidad al gobierno del PP, o, dicho de otro modo, que abstenerse no es apoyar a Rajoy, a fin de convencer a los dubitativos y de mermar autoridad a quienes piensan que «abstenerse es de derechas». No es extraño que Javier Fernández haya tenido también que adjetivar la abstención -«abstención táctica»- para justificar lo ocurrido con Sánchez, y, más difícil, el después de Sánchez.

En fin, habrá que esperar al 24 o 25 de octubre, comité federal, para saber si Fernández Vara tenía razón y si la ‘auctoritas’ que se le atribuye a Javier Fernández es la que parece ser. Y confiar en que así sea, claro. Pues solo faltaría que después del ‘no’ a Sánchez por negarse a la abstención y a evitar terceras elecciones, el comité federal decidiera finalmente que no, que no habrá abstención porque tampoco hay miedo a nuevas elecciones.