Hoy es un día para celebrar en esta región. Un periódico cumple 95 años de vida y eso ocurre muy pocas veces. El Extremadura, como nos gusta llamarlo a los de casa por aquello de la identificación con la tierra, resulta un nonagenario al que le falta muy poco para el siglo que sigue al pie del cañón, resistiendo el avatar de los tiempos, duros y difíciles, pero dando el callo y apostando por la pluralidad. En una etapa de amplia proliferación informativa, de reinado de las redes sociales y, de un tiempo a esta parte, de falsas noticias, donde la manipulación está a la orden del día, la ciudadanía tiene la posibilidad de acudir a medios de comunicación como este que les transmiten veracidad y lo más importante: confianza.

Sea en papel, por muchos años, sea en internet, donde los medios de comunicación tradicionales hemos sabido adaptarnos y hemos ganado en audiencia como nunca, la gente se informa y se configura un criterio sobre cualquier asunto que le atañe a su vida cotidiana. Si es en un medio, bien. Si es en varios a la vez, mejor todavía. Es la única forma de comportarse y opinar libremente, apostando por la información y la diversaridad de fuentes profesionales. Ese es nuestro compromiso: ¿Información? Toda. ¿Opinión? Cuanta más y diferente, mejor. No vamos a dar lecciones de periodismo a nadie, pero tenemos la experiencia de muchos años y sabemos cómo hemos llegado hasta aquí.

El Periódico Extremadura nació el 1 de abril de 1923 en Cáceres. Somos de Cáceres, aunque nuestra vocación es Extremadura. Entrar en la hemeroteca del periódico en su sede de la calle Doctor Marañón resulta todo un acontecimiento por las decenas de historias y personas que forman parte de los miles de periódicos que se han editado durante casi un siglo. Pocas veces se ha faltado a la cita, y aunque hay ejemplares de los que nos sentimos más orgullosos que de otros (como también pasa con los episodios de nuestra vida, a veces feliz, a veces triste y dramática), todos constituyen nuestra historia y, por extensión, la de Extremadura dado el papel que nos ha asignado la ciudadanía de fedatarios de lo acontecido.

Periodismo implica información y comparto el lema de las asociaciones de la prensa cuando dicen que a más periodismo, más democracia. Una sociedad bien informada es más libre y sabia, y en consecuencia avanza mucho más que aquella otra a la que se le oculta la verdad o se la manipula atendiendo a intereses espurios. De ahí que sea importante y necesario el papel de la prensa y también que nuestros dirigentes lo entiendan, diferenciando claramente entre información y propaganda. Porque a lo largo de los años ha habido de todo, incluso quienes pensaron en algún momento que la libertad de expresión estaba reñida con la independencia.

La celebración del 95 aniversario no es para los de la casa aunque también. No se trata de que los que hacemos el periódico nos miremos el ombligo o nos demos palmaditas en la espalda todo el año. Los verdaderos protagonistas son los lectores, los que permiten con su compra en el kiosco o su lectura en el bar o la biblioteca (o sus visitas en internet) que sigamos vivos después de tantos y tantos años. Es lo que hace que nuestros anunciantes continúen confiando en nosotros como instrumento publicitario y lo que consigue que este negocio funcione.

A lo largo de este año vamos a llevar a cabo distintos acontecimimientos que contendrán el sello del 95 aniversario. Publicaciones, exposiciones, un concierto sinfónico, la colocación de una placa en el edificio que albergó nuestra primera sede en el Palacio de La Generala, la concesión de una calle en Cáceres y en Plasencia e incluso una carrera popular. Todo para constatar que nos acercamos al siglo de historia pero con idéntico tesón al de esos hombres y mujeres que impulsaron este medio y lucharon para que cada día saliera el Extremadura al grito de sus repartidores, como la entrañable y popular Leoncia cuya escultura en la plaza de San Juan de Cáceres ha pasado a formar parte de la historia de la ciudad.

A todos los actos pueden sumarse cuantos lectores lo deseen. Siempre habrá cabida para quien quiera a este periódico como propio porque como también decimos en la casa: esto no es nuestro, es de la gente que nos lee.