No me refiero al veto a Iceta por parte de los independentistas catalanes, ni a las declaraciones de Pedro Sánchez: «El veto a Iceta supone un veto a la convivencia, el entendimiento y el diálogo». Es que hoy, sin ironía, es el día Internacional de la Convivencia en Paz.

Fue declarado un 5 de diciembre de 2017, por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), reconociendo la necesidad de eliminar todas las formas de discriminación e intolerancia, y resaltando el fomento del diálogo entre religiones y culturas.

Resulta cuanto menos curioso, que cuando uno lee estas palabras, siempre se imagina países todavía en vías de desarrollo donde no se garantizan las libertades, o países con conflictos religiosos y/o culturales, tipo Israel, Paquistán.

Nadie se puede imaginar, que un día como hoy, el primer país que se me viene a la mente sea España.

Ni que decir tiene que tampoco coincido con su santidad, cuando en referencia a España, y bajo mi opinión, muy desafortunadamente, dijo que vendría a España cuando hubiera paz, quedándose el pontífice tan en paz como ancho, con la respuesta.

Una cosa es paz, otra guerra o conflicto y otra convivir en paz. En España, vivimos en paz, aunque algunos, pocos, muy pocos, pero que muchos coinciden en la misma barriada, no sepan convivir en paz, ni respetar las leyes ni la Constitución, y además se da que en este caso ni por cultura ni por religión, precisamente por religiosa ausencia de la verdadera cultura tergiversada por falsedades históricas.

Un día como hoy, y no es ironía, ni tiene que ver con Iceta ni el Senado, ni siquiera con que también hoy se vote, me viene a la mente uno de los mensajes del Día Internacional de la Convivencia en Paz:

«La paz no solo es la ausencia de conflictos. Convivir en paz consiste en aceptar las diferencias y tener la capacidad de escuchar, reconocer, respetar y apreciar a los demás, así como vivir de forma pacífica y unida. Es un proceso positivo, dinámico y participativo en que se promueva el diálogo y se solucionen los conflictos en un espíritu de entendimiento y cooperación mutuos».

Lo dicho, feliz día y a ver si el próximo año se me viene a la cabeza otro país, yo que sé... Bélgica, por poner un ejemplo.