Financiero y autor de

´La burbuja de la supremacía americana´

Yo y varios otros estadounidenses adinerados estamos contribuyendo con millones de dólares a organizaciones de base que están trabajando cara a las elecciones presidenciales del 2004. Estamos profundamente preocupados por la dirección que está imprimiendo la Administración de Bush a EEUU y al mundo. Si los estadounidenses rechazan las políticas del presidente en las urnas, EEUU puede olvidar la doctrina Bush como una aberración temporal y volver a asumir el lugar que le corresponde en el mundo. Si los votantes estadounidenses apoyan estas políticas, EEUU tendrá que vivir con la hostilidad del mundo y soportar un círculo vicioso de creciente violencia. Para evitar esto, he donado 10 millones de dólares a America Coming Together (ACT), una organización que promueve que la gente vaya a votar, y 2,5 millones de dólares al MoveOn.org Voter Fund, un popular grupo de difusión de información en internet que está difundiendo anuncios que denuncian los desastres de esta Administración. Pero ésto es calderilla comparado con el dinero recolectado y gastado por los grupos conservadores.

Más que un debate acerca de mis denuncias, he recibido una buena cantidad de insultos a causa de mis donaciones por parte de grupos como el Comité Nacional Republicano y la Asociación Nacional del Rifle. En un intento por debilitar a los grupos que apoyo e intimidar a otros posibles donantes, han dado a entender que mis contribuciones son ilegítimas o que de algún modo violan la ley. La verdad es que he obedecido escrupulosamente tanto el espíritu como a la letra de la ley. Tanto America Coming Together como el MoveOn.org Voter Fund son organizaciones que, según una rúbrica específica del código tributario de EEUU, tienen derecho a recibir donaciones ilimitadas por parte de personas particulares. Ambos grupos son totalmente transparentes acerca de sus motivos y actividades. Ambos presentan informes periódicos y detallados a las agencias reguladoras del Gobierno. El presidente Bush tiene una enorme ventaja para recolectar fondos, ya que ha ideado una astuta manera de amasar dinero. Se basa en donantes a quienes llama pioneros, que recolectan 100.000 dólares cada uno en contribuciones de campaña, divididas en partes que quedan dentro del límite legal de 2.000 dólares que cada persona particular puede donar. Y luego, en quienes llama rangers, quienes recolectan al menos 200.000 dólares. Muchos de estos pioneros y rangers son ejecutivos de empresas que están bien situados para recolectar fondos de sus socios comerciales, reunirlos y entregarlos con números para su seguimiento que aseguran que cada donante individual de 2.000 dólares tenga un reconocimiento adecuado. De este modo, logran el mismo nivel de acceso e influencia para sus intereses empresariales que los que obtenían previamente con los fondos donados por las empresas mismas. Con la ayuda de estos pioneros y rangers, el presidente Bush está en vías de recolectar 200 millones de dólares. Para contrarrestar la ventaja recaudadora obtenida gracias a esta estrategia, he contribuido a organizaciones independientes que, por ley, tienen prohibición de coordinar sus actividades con partidos políticos o candidatos. El cumplimiento de esta norma reduce al mínimo, o incluso elimina, la posibilidad de que esté comprando influencia a cambio de mi contribución. Más aún, no busco tal influencia. Mis contribuciones se basan en lo que creo que es el interés común.

Durante casi una década, he sido partidario de la reforma de la financiación de las campañas, y he defendido la nueva legislación hoy vigente. Admito que toda legislación nueva puede tener consecuencias adversas indeseadas, pero esto no significa que se deba abandonar. Pero, por supuesto, es necesario actualizar las reglas a la luz de la experiencia de esta campaña. Es importante que la gente sepa de dónde viene el apoyo financiero de los políticos. Yo estoy siendo franco acerca de mis contribuciones. Mientras tanto, a medida que el debate continúa, mis contribuciones ayudan a procurar que el dinero que están gastando quienes tratan de reelegir al presidente Bush no incline irremisiblemente la balanza a su favor.