Este domingo celebramos la XIII Jornada de Familias de personas con discapacidad intelectual en Extremadura. El movimiento asociativo FEAPS en nuestra región es diverso, lleno de contrastes y también de uniformidades. Todo el mundo conoce las aprosubas, en la provincia de Badajoz, y asociaciones de la provincia de Cáceres como Placeat, Asindi y otras muchas. Todos ellos formamos un colectivo que lucha por los derechos de las personas con discapacidad intelectual desde hace más de 30 años.

En este largo y tortuoso camino no todo se ha solucionado, aunque sí hemos puesto piedras importantes, que ni la crisis económica, ni los intereses particulares van a poder derribar. La Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a la Dependencia, es todo eso, una ley que reconoce que las personas necesitan ayuda para situaciones de dependencia, pero también en condiciones donde haya que asegurar la autonomía personal mediante apoyos. Las familias de Extremadura con hijos con discapacidad intelectual llevamos toda la vida luchando por esto, y ahora que se ha conseguido no podemos tolerar que una crisis coyuntural, por dura que sea, acabe con derechos sociales que tanto trabajo nos ha costado conseguir.

A las familias con hijos con discapacidad se nos va a exigir otro esfuerzo más, y es que soportemos otra vez, con nuestra paciencia infinita, la crisis económica mundial que afecta también a nuestro país. Que esperemos a que pase la crisis para que la Ley se desarrolle en su integridad. Por cierto, no sería demagógico decir que esa crisis no la hemos creado nosotros pero, como siempre, a los que va a afectar más es a los más necesitados, a los colectivos en riesgo de exclusión, y ahí es donde nos encontramos nosotros. Y los mismos que han creado la crisis son los que nos dicen que nos apretemos el cinturón. Recuerdo ahora las palabras de un amigo que lleva toda la vida luchando en esto del movimiento asociativo, que me decía recientemente, -y ya no me quedan más agujeros del cinturón para apretarme®.

Y lo peor es que vamos a tener que esperar mucho más para poder desarrollar la otra cara de esta ley tan importante y necesaria, es decir, todo lo que tiene que ver con la promoción de la Autonomía Personal. Entre nuestros hijos con discapacidad intelectual hay muchos que a lo mejor no son dependientes al ciento por ciento, pero sí que necesitan ayudas para, en el futuro, poder ser más independientes. Espero y deseo que, cuando todo esto pase, se pongan a ello, porque es muy necesario, es lo verdaderamente importante, y ya estamos cansados de esperar a lo importante porque apremia lo urgente.

Nuestras entidades, sin ánimo de lucro, han tenido que pasar por una travesía dura, en la que no existían servicios de atención a las personas con discapacidad intelectual. Nuestros hijos no estaban escolarizados, ni se les prestaban servicios como la atención temprana, o la terapia ocupacional. Nosotras, las familias, tuvimos que montar las asociaciones de la nada, de la necesidad, y luchar por crear centros. Estos centros, tras más de 30 años, prestan servicios de calidad reconocida y contrastada a personas con discapacidad.

Nos hemos convertido en prestadoras de servicios, de grupos de padres con más voluntad que conocimientos hemos pasado a ser muchos de nosotros empresarios que tienen bajo su responsabilidad el futuro laboral de muchos trabajadores pero, más importante aún, el proyecto de vida de las familias y personas con discapacidad intelectual que nos necesitan y recurren a nosotros para mejorar su calidad de vida.

Sabemos, y agradecemos a la administración pública, que estos centros están, en su mayoría, subvencionados o concertados por el SEPAD de la Consejería de Sanidad y Dependencia. Pero no es menos cierto, y en momentos como estos hay que recordarlo, que si no hubiera existido el impulso de las familias, estos centros que son referencia en la atención a las personas con discapacidad en nuestra Extremadura, no existirían.

Este esfuerzo y el de tantas y tantas familias que siguen y seguirán luchando por los derechos de las personas con discapacidad intelectual es lo que celebramos en la Jornada de Familias de este año.

Y digo lo que celebramos porque, aunque son malos tiempos, creo que debemos celebrar lo que hemos conseguido, y prepararnos con fuerza para lo que se nos va a exigir.

Aún así soy optimista, no de esos optimistas crónicos sin motivo para ello. Soy optimista porque creo en los valores que han presidido el movimiento representativo de la discapacidad intelectual en Extremadura, que encarna FEAPS Extremadura. Valores como la dignidad y el valor de la persona, sea cual sea su condición, la igualdad y la inclusión. Estos son los valores que van a presidir nuestro camino en el presente hacia un futuro incierto, en un año para no dar pasos atrás, para creer, más que nunca, en el movimiento asociativo de las familias, y en el valor de la solidaridad, el apoyo mutuo y la constancia.