Lo último que percibe el pez es el agua que le envuelve. Así nosotros sólo poco a poco somos conscientes de nuestra cultura, que no es natural sino formada, como otras, por aspectos buenos y malos, como el sexismo y el racismo. Esta cultura --que no el Evangelio-- nos ha hecho creer que eran todos varones, cuando ya en esa época había reinas como la de Saba y Cleopatra.

En cuanto al racismo, éste nos ha hecho creer que era blanco el rey el que ofreció a Jesús lo más valioso, el oro. Y ahora observo atónito en la prensa el intento de justificar el colocar el primero en la cabalgata a ese supuesto blanco "por ser el de la barba, el de mayor edad". Pero hoy sabemos que la raza de más edad es la negra (algunos negros, consuélense, tienen barba).

Con esas falsedades se intenta ocultar la razón real de ese ordenamiento: el racismo de creer superior a la raza blanca, cuando en Asia, y después en la India y cercano Oriente, hubo magníficas civilizaciones siglos e incluso milenios antes que en Europa. Y si hacemos caso al Evangelio, esos llamados reyes fueron a Belén desde Oriente, es decir, de la misma Asia en la que nació Jesús. Menos racismo, pues, y más realismo. Si se quieren seguir con la ficción de las tres razas, al menos que se sortee cada vez el orden en que desfilan.