El grupo de Izquierda Unida en la Asamblea de Extremadura se abstuvo ayer ante la proposición socialista de exigir a la Junta que presentara ya los Presupuestos del 2012. Esa abstención --aunque Víctor Casco la apoyara por error al pulsar el botón equivocado-- permite a José Antonio Monago no tener que enfrentarse al compromiso de incumplir un mandato del Parlamento, aunque haya incumplido el Estatuto, y no llevar las cuentas generales del año próximo a la Cámara para su discusión.

Es obvio que Izquierda Unida tiene plena libertad para apoyar o no lo que considere oportuno, faltaría más, pero debería cuidarse en evitar los vaivenes si no quiere estar lanzando el mensaje de que sus apoyos o sus rechazos no están suficientemente fundamentados. Es lo que ha transmitido con esta proposición de exigir a la Junta que presente los Presupuestos. Pedro Escobar, hace quince días, reunió a los periodistas para que difundieran su "exigencia" a Monago de que presentara las cuentas antes del próximo día 20. Decía entonces que había que "aclarar incertidumbres". Esta posición la mantenía el líder de IU hasta el pasado martes, cuando declaró a este periódico que iba a apoyar la proposición socialista por coincidir con ella en que urgía el presupuesto. Ayer, sin embargo, cambió de opinión. No es la primera vez que lo hace. También le ocurrió a Escobar con su apoyo a la directora de la Cexma, que fue variando su proceder crítico hasta terminar dándole su apoyo.

Con estos vaivenes, no es el PSOE o el PP los damnificados. Es la propia IU. Porque da una imagen de inconsistencia que no puede gustar a sus seguidores.