Anda circulando por los mentideros políticos extremeños una encuesta de la que todo el mundo habla pero nadie muestra que le da al PP la victoria electoral con 31 diputados, el PSOE baja hasta 29, Podemos se queda con 5 y Ciudadanos desaparece. Real o falsa, lo cierto es que a estas alturas de la película y de todos los fallos que ha habido con el Brexit o la llegada de Donald Trump al poder, cabe preguntarse quién cree ya en encuestas y lo peor: ¿quién se gasta dinero en ellas cuando apenas llevamos año y medio de legislatura? El PP dice que suya no es, el PSOE que tampoco y de Podemos y Ciudadanos lo dudo, lo cual me lleva a la conclusión de que es uno de esos globos sonda lanzados por algún político o asesor para ver qué respuesta boomerang obtiene y en función de ello actuar bien en clave interna ahora que llega un 2017 cargado de congresos tanto para el PP como para el PSOE, bien en clave externa para asustar o amedrentar al contrario.

Sea de una u otra manera, queda tiempo, y mucho, para actuar e incluso especular, si se tienen en cuenta la de cosas que pueden aún ocurrir de aquí a la nueva convocatoria de las urnas en mayo del 2019. Habrá que ver qué evolución realizan las fuerzas emergentes ahora que ya han dejado de serlo y sus líderes se comportan como los demás a la hora de manejar los tiempos y colocarse o blindarse en las luchas de poder; el desarrollo que tiene el PSOE una vez pase su congreso y se vea finalmente si tiene líder o lideresa; y finalmente, comprobar qué papel juega el PP siendo una oposición responsable y observando si con ello vuelve a ser alternativa de gobierno en Extremadura.

Que el PSOE regional está pasando una crisis a pesar de estar en el gobierno no es un secreto. La llaga provocada tras la salida de Pedro Sánchez de la secretaría general aún no ha sanado sino todo lo contrario: ha provocado un movimiento interno que, de no atajarse pronto, corre serio riesgo de enquistarse.

Se trata de plataformas que reclaman una mayor participación de la militancia, no están de acuerdo en las últimas decisiones que ha tomado el partido a nivel federal empezando por la salida del propio Pedro Sánchez y exigen una convocatoria urgente de primarias y un congreso. No deja de ser curioso este comportamiento pues, ni por asomo, lo hubiera permitido la anterior dirección del partido. Es más, no habría consentido ni las propias plataformas.

El caso es que en Extremadura Guillermo Fernández Vara se ha alineado con el bando oficialista teniendo un papel más que destacado. Eso le ha colocado de blanco de muchos ataques, aún velados, del sector crítico, el cual apuesta por darle un giro al PSOE (que por supuesto no pasa por pactar con el PP como se ha hecho con los presupuestos) y de paso remover las estructuras a ver si cae algo. Son movimientos que tienen fecha de caducidad, todo hay que decirlo, pues en cuanto pase el congreso y gane uno de los bandos, todo lo demás vendrá rodado. Pero mientras tanto, mucho ruido, que diría Sabina.

En el PP andan más calmados. Ahora que gobiernan en Madrid gracias a la abstención del PSOE, aquí en Extremadura le dan paso a los presupuestos de Vara por segundo año consecutivo, lo que les permite tener una imagen mucho más moderada que otros y lo mejor: los posiciona en la parrilla de salida electoral dado que su tarea de campaña parece no cesar nunca. Prueba de ello es la ardua tarea que lleva desarrollada todo este año, realizando un trabajo territorial y de estructura rural más que intenso.

No obstante, el congreso nacional del partido en febrero abrirá el plazo para el regional que deberá ser en los meses sucesivos y ahí si que puede haber movimientos. Está claro que Monago encabezará una candidatura que, por ahora, será la única dado que no ha habido cuestionamiento a su liderazgo ni a su intención de volver a ser candidato en Extremadura, pero en segundos y terceros niveles es de esperar que se producirá algún cambio y ahí sí que puede haber también algo de ruido.

Podemos ha pasado ya su proceso interno y en Ciudadanos otro tanto de lo mismo, por lo que no se aprecian cambios hasta que se acerque la fecha clave. Aunque, quién sabe, todo puede ocurrir en cualquier momento aunque no sea por culpa de las encuestas.