Ahora que mi hijo alcanza los dos años me doy cuenta de lo importante que es el ejemplo de los adultos. No me refiero solamente a nosotros, sus padres y familiares cercanos, también al resto de ciudadanos. Hablo concretamente de cruzar la calle de forma correcta. Yo intento hacerle ver a mi hijo que el muñequito rojo en el semáforo significa que no puede cruzar. Y por el contrario, que el muñeco verde indica que ya podemos cruzar de forma segura y siempre mirando por si acaso a los lados antes de hacerlo. En el tiempo que transcurre entre uno y otro no dejan de pasar adultos a nuestro lado que lo hacen con el muñeco en color rojo. Un mal ejemplo para nuestros pequeños. Que conste que, hasta hace cuatro días, yo nunca me he fijado si había niños mirando cuando cruzaba mal la calle. Sin embargo, ojalá esta reflexión te haga pensar y me eches una mano con el pequeño Oliver. De paso, cruzarás con más seguridad.