El Comité Científico del Panel Internacional sobre Cambio Climático (IPCC), reunido en Valencia, ha aprobado su cuarto informe, en el que se reafirma en sus anteriores conclusiones y propone a los responsables políticos diferentes opciones para actuar en los próximos años. La calidad del trabajo realizado por el IPCC confirma el acierto del comité que le acaba de otorgar el Premio Nobel de la Paz y suministra una base indiscutible sobre la cual se deberían tomar decisiones en los próximos meses.

Los autores del informe, que basan sus conclusiones en las pruebas científicas más sólidas disponibles, se reafirman en que el calentamiento del planeta es algo indiscutible, y que este es una consecuencia de la actividad humana. También resumen los posibles impactos a corto plazo del cambio climático a escala global y regional, las posibles acciones para adaptarse a él y mitigar sus efectos, y ofrecen una perspectiva a largo plazo sobre la que actuar. Y recuerdan que las sociedades que pueden verse más afectadas son aquellas que por su situación política o económica tienen menos recursos para reaccionar.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, comparó ayer el impacto del fenómeno con una película de ciencia ficción "terrorífica" y aseguró que hay medios "reales y asequibles" para combatir el cambio climático y para ello pidió una "alianza mundial" contra el problema basada en una economía "verde". Por su parte, el presidente del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, Rajendra Pachauri, recalcó que ya hay impactos irreversibles, como la subida del nivel del mar, la pérdida de capa de hielo sobre el suelo polar o el riesgo de extinción para entre un 20 y un 30% de las especies.

Es hora de que nuestra sociedad deje de preguntarse sobre la existencia del cambio climático y sus causas. Es algo que está claro desde una perspectiva científica. Quizá puede esperarse a que el precio del barril supere de forma amplia los 100 dólares o a que los alimentos se encarezcan más. Pero, antes de que se registren efectos peores, debe aceptar que este es también el momento en el que debe pasar a la acción.

De las opciones que se presentan está claro que algunas de ellas son de naturaleza global y, por lo tanto, es exigible que los responsables políticos construyan un sistema internacional del que el protocolo de Kioto es un precedente insuficiente. Debemos también exigir a nuestros responsables políticos que los estados asuman sus responsabilidades y actúen en su ámbito de decisión. En las opciones de transporte, de producción de energía o de alimentos nuestro país debe tomar decisiones valientes e inmediatas. Y también los ciudadanos debemos asumir que el despilfarro de recursos es inaceptable y que debemos asumir nuestra parte de cambios indispensables en nuestro estilo de vida. Todo ello es necesario para conseguir que las generaciones venideras puedan seguir disfrutando de unas condiciones de vida similares a aquellas sobre las que hemos construido las sociedades del presente.