TAt pesar de todas las experiencias, la familia tradicional sigue siendo la institución más importante para la sociedad. No olvidemos que la sociedad es el desarrollo de la familia, pues al vivir lo que somos estamos influyendo en los demás.

En la familia se constituye el hogar, la primera institución que representa orden y formalidad para el niño, donde recibe las primeras impresiones de lo que luego conocerá con el nombre de sociedad y los primeros sentimientos de lo que es unidad, patria, respeto, lealtad y amor.

Sí, no dudo que la familia es el hogar donde germina el amor humano. Es el lugar de la primera sonrisa. Sonreír es algo que no puede hacer ningún animal. El niño reconoce a su madre. El hombre reconoce al hombre. "Comienza, tierno niño, a conocer a tu madre", canta el poeta Virgilio .

Cada persona es una realidad tan única, que, al reflexionar sobre nuestro origen, comprendemos claramente que la aparición de un hombre en esta tierra y su desarrollo, es un momento tan sagrado, que sólo en una familia, lugar maravilloso, tiene su sitio.

En la familia despierta el niño como hombre y se percata de que está con los otros. Su padre, su madre, sus hermanos, sus hermanas, sus amigos, sus vecinos, sus abuelos; a todos los descubre a partir de la familia.

Al hallar al otro, crece el hombre como hombre. Pues el hombre está hecho para amar. Los primeros otros son el padre y la madre. No hay relación en la vida que tenga un influjo tan profundo, como la que media entre padres e hijos, jamás podrá borrarse. Somos siempre hijos de nuestros padres.

La familia es la escuela del amor, donde aprendemos a amar desde pequeños; y de este aprendizaje primero del amor muchas veces depende el que más adelante en nuestra vida, nuestro amor es completo, íntegro, y enriquecedor. Si no hay amor en la familia, ¿en dónde lo habrá?

La familia hoy más que nunca es la mayor fuerza personalizante contra la domesticación y el espíritu borreguil que amenaza al mundo de hoy. Mucha gente cree que es libre, nadie que no luche por su libertad es libre. Compran y hacen lo que les mandan.

El vínculo de la sangre debe dar paso a otros vínculos más espirituales: el respeto, el amor, la felicidad, el disfrutar de la vida juntos, el ayudarse.

*Licenciado en Filosofía