Psicólogo

Resulta razonable considerar que los videojuegos, como el cine, los libros u otro producto, cultural o material, tenga claramente especificada su composición. Es decir, que sepamos con un cierto detalle con qué nos vamos a encontrar. Todavía es más importante conocerlo si hemos de influir educativamente sobre los menores.

Bienvenido sea el acuerdo europeo para etiquetar ese nuevo espacio creativo y lúdico relacionado con el mundo digital. Pero no seamos hipócritas y no deleguemos en la ley para educar. Los videojuegos no son productos perniciosos, sino nuevas realidades con grandes potencialidades educativas. La regulación nos permitirá educar mejor, pero no suplirá la educación ni la ausencia de valores.