TNto todos opinan lo mismo de la Navidad, y el pavo y el cocinero suelen observarla de manera diferente, así que no es extraño que el PP y el PSOE contemplen el problema de la inmigración bajo puntos de vista diversos. Según el sindicato mayoritario de prisiones, que dispone de datos aritméticos, uno de cada tres reclusos que se encuentra en las cárceles españolas es extranjero. Pero hay una tendencia al aumento. Según estos funcionarios, entre marzo de 2005 y marzo de 2006 el número de extranjeros ingresados en prisión ha pasado de 15.003 a 15.978 el doble del resto de la población reclusa. Es probable que para el ciudadano don José Blanco esto sea debido a que el sindicato mayoritario de prisiones haya entrado en la peligrosa senda de la extrema derecha, porque al ciudadano Blanco cualquiera que relacione inmigración con delincuencia, le parece de extrema derecha.

En el propio Ministerio de Interior preocupa grandemente esta situación, y hay previstas la creación de once macrocárceles, en las que, de seguir la tendencia, la mitad de las celdas serán ocupadas por extranjeros, prueba de que a lo mejor en el Ministerio de Interior no son de extrema derecha, pero desde luego no tienen demasiada fe en que los seres humanos, tanto aborígenes como extranjeros, dejen de delinquir y se dediquen a labores misericordiosas.

Ignoro si, a la hora de analizar la Navidad, el señor Blanco se encuentra más cerca del cocinero o más próximo al pavo, pero decía Rabindranath Tagore que "la realidad, con su sentido mal leído y el énfasis mal situado, es la ficción". Asociar, en abstracto, delincuencia con emigración es xenofobia, por supuesto, pero ignorar que una inmigración descontrolada produce trastornos sociales y aumenta la delincuencia, cuando los datos deslumbrantes se encuentran a la vista, demuestra supina ignorancia, demagogia mostrenca o peligrosa estupidez. Se puede elegir.

*Periodista