TSti cruzamos los datos de los barómetros del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) de enero y abril, del barómetro autonómico desagregado de Extremadura (septiembre-octubre 2012, también del CIS) y del sondeo de Metroscopia sobre líderes más valorados (El País, 28 de abril), podemos sacar varias conclusiones muy interesantes sobre el momento de la política extremeña, justo a mitad de legislatura.

Como ocurre casi siempre, hay datos relevantes que se resisten a evidenciarse. Uno de ellos surge cuando a los extremeños se les pregunta la opinión sobre la labor del PSOE en la oposición; es muy significativo que el 9,8% dice "no saber", sobre todo si se compara con los datos agregados del barómetro autonómico, que arrojan un 8,4% de promedio: uno de cada diez extremeños no tiene opinión al respecto, y la cifra es más alta que en la mayoría de CCAA. También es destacable que, mientras en el resto de CCAA solo el 5,1% de los encuestados tiene buena o muy buena opinión de la oposición, en Extremadura ese dato se dobla hasta el 10,5%, mientras que el 51,6% de los que opinan que la labor de la oposición es mala o muy mala se quedan en el caso extremeño en un 37,6%.

Otro dato de la máxima importancia es que el presidente, el popular José Antonio Monago , es conocido por el 86,8% de los extremeños (en otras CCAA el 81,2% conoce a su presidente), el 26% considera que lo está haciendo bien o muy bien (frente al 26,4%, mal o muy mal), un 33% confía en él (frente al 30,4% de confianza en otras CCAA), un 38,2% le aprueba en su gestión (le desaprueba el 38,6%) y la mayoría de los extremeños le consideran una persona prudente, honrada e inteligente.

XMUY SIGNIFICATIVAx es la información referente a la autoubicación ideológica. Cuando se les pregunta a los extremeños si se consideran de derechas o de izquierdas, de 0 (lo más de izquierdas) a 10 (lo más de derechas), el dato medio es 4,81, es decir, una posición muy cercana al centro; el promedio de todas las CCAA es 4,36. Muy destacable también es que Extremadura es una de las tres CCAA (solo superada por Galicia y Aragón) con mayor fervor religioso, observando los datos de quienes se consideran católicos (81,2% frente al 72,9% en otras CCAA) y quienes acuden a misa todos los domingos y festivos (13,4% frente a 12,1%). Todo ello en un contexto nacional en el que, a la luz de los datos de abril, los españoles conservadores, liberales o democristianos son el 28,5%, los socialistas, progresistas o socialdemócratas el 27,8%, los comunistas el 2,5% (a reseñar el aumento respecto a enero, cuando eran el 1,9%) y quienes no se ubican o se declaran apolíticos son el 21,7%.

Finalmente, el sondeo de Metroscopia coloca a Guillermo Fernández Vara como el sexto líder nacional mejor valorado, en una encuesta donde José Antonio Monago no aparece entre los doce primeros (el primer popular es Antonio Basagoiti , noveno); Fernández Vara es superado por dos líderes del PSOE (Eduardo Madina , 37 años, y Beatriz Talegón , 30 años) y sería el primer socialista de entre los experimentados (54 años).

XLAS CONCLUSIONESx se pueden resumir así: Monago se ha consolidado como presidente con cierta rapidez y tiene una valoración superior a la media de los presidentes autonómicos; el PSOE no llega a casi el 10% de los extremeños, pero tampoco tiene una imagen especialmente negativa comparada con el resto de oposiciones en otras CCAA; Fernández Vara (del que no hay datos en el barómetro autonómico) aparece bien situado en el panorama del liderazgo nacional; y todo ello en una Extremadura que, contrariamente a lo que habitualmente se dice, está más escorada al centro, y no a la izquierda, que otras CCAA.

Así pues, y con toda la cautela necesaria --el análisis, que no cabe aquí, debe ser mucho más amplio, y quedan dos años--, se puede decir que las espadas están en todo lo alto, pero que mientras el PP parece estar deteniendo bien la sangría electoral de la crisis, el PSOE necesitaría algo más para conectar con los votantes necesarios que evitaran una mayoría absoluta popular en 2015. Todo esto sin olvidar que IU y UPyD crecen un 30% en el ámbito nacional --no hay suficientes datos autonómicos-- y podrían convertirse en árbitros.